La esperanza es lo ultimo que se pierde, pero todo a punta a que la crisis en el kurdistán está muy lejos de encontrar soluciones o consensos en la entrevista que el presidente de los Estados Unidos, George Bush, va a celebrar este lunes con el primer ministro de Turquía, Tayyip Erdogan. La secretaria de estado, Condolezza Rice, ha sido la encargada de acercar agendas que algunos piensan incluso contradictorias en su viaje relámpago a Ankara. La colaboración que ofrece Washington no es el cheque en blanco que reclaman en Turquía para poner orden en el norte de Irak y acabar con los seguidores del ilegal partido de los trabajadores kurdos, considerado por los dos gobierno una organización terrorista. Bush espera a Erdogan con un dossier de buen amigo y aliado, dispuesto a hablarle de la paz entre Israel y Palestina, las guerras de Afganistán e Irak -y ya puestos- de su intención de ver a Turquía en la Unión Europea. Información privilegiada y oferta con sugerencia de colaborar con el gobierno de Irak es la salida que ofrecen los Estados Unidos. Asuntos que a decir de los turcos poco importan incluso cuando este pasado fin de semana el PKK liberaba a ocho de sus militares para seguir agitando a una opinión publica dispuesta a pasar de consejos y componendas diplomáticas
lunes, 5 de noviembre de 2007
Bush pedirá paciencia a Turquia
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