martes, 27 de noviembre de 2007

Annapolis, gato por liebre

Me he quedado con las ganas… y debo de confesar que la Cumbre de Annapolis ha sido para mi una de esas cumbres que vives de cerca y no enteras de nada… salvo de esas cosas que te cuentan quienes dicen estan en la negociación, en la pomada de poner y quitar lineas a una declaracion presidencial y que luego ademas se sientan entre los periodistas que escuchan y deben contar lo que dicen sus señorito.(()) Este es el diplomático israelí Gigal Balmur. Es un personaje en la sombra pero que por lo menos da la cara cuando se le pregunta que puede pasar despues de Annapolis, despues de la cumbre que organizaba Estados Unidos, despues de siete años de mirar hacia otro lado y que nos ha dejado a la canallesca con las ganas de escuchar hablar a las delegaciones internacionales –muy en especial a los paises árabes- que la administración Bush y la señorita Rice invitan –como a España- en un aquí te pillo aquí te mato. Lo cierto es que después de Annapolis lo unico bueno es que hay otra oportunidad para seguir hablando de esa asignatura siempre pendiente que ha sido –tambien otro mes de noviembre- crear Israel dentro de lo que todavía siue sin conseguir ser un estado palestino. Las palabras del diplomático israeli Gigal, aunque suenen a repetidas, son hoy mas que ayer palabras de un protagonista… a quien siempre me quedará la sospecha de haber oido hablar con el beneplácito de sus amigos estadounidenses. Hablar de la cumbre de Annapolis, la cumbre que pude vivir en directo pero de la que reconozco... me dieron más gato que liebre .

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