Goerge Bush y Nicolas Sarkozy, los presidentes de Estados Unidos y Francia, escenifican ante la fachada de la casa de George Washington en Mont Vermont la nueva alianza que como amigos, aliados y socios ha permitido de desde hace poco mas de dos siglos defender los principios de libertad e independencia.(()) Es un usted un hombre que dice lo hace. La clase de persona con la que me gusta trabajar –aseguraba Bush antes de confesar que Irak ha visto en la visita del ministro francés de exteriores un gesto que hace compartir intereses. Una visita que permite descubrir que sociedades democráticas son naciones libres que acaban luchando por la paz. Bush y Sarkozy sellaban su encuentro con ideas comunes para impedir -si es necesario con mas sanciones y por la vía pacifica- los deseos iraníes de acceder energía nuclear. Quieren ver a Siria fuera del Libano, a Pakistan y Musarraf recuperando la senda democrática por la que nunca estuvo Myanmar-Birmania, a palestinos e israelíes hablando de paz en Annápolis y todo con una declaración final que confirma un punto y a parte en las relaciones entre Francia y los Estados Unidos. Yo tengo un socio para la paz –decía Bush- alguien con una vision clara, valores básicos dispuesto a asumir posiciones difíciles en aras de la paz. Si me preguntan si me siento cómodo con los mensajes del Gobierno Sarkozy, diré que si me siento cómodo.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Bush encuentra en Sarkozy un socio para la paz
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