George Bush ha llegado en helicóptero a la Academia Naval de Annapolis y ha recibido con un apretón de manos a sus invitados protagonistas, al primer ministro de Israel, Ehud Olmert, y al lider de la autoridad palestina, Mhamoud Abbas, con quienes recorre en estos momentos unas instalaciones que se han convertido para este encuentro en toda una fortaleza. Medidas de seguridad extremas, a las que se añade en muchos casos la urgencia y la improvisación, que vivirán tambien las cincuenta delegaciones internacionales /España entre ellas/ con una advertencia: todos los delegados –a excepción de ministros- tendrán que pasar por rigurosos controles de seguridad y arcos detectores de metales. El presidente Bush se dirigirá al plenario en una hora escasa, especulándose que en sus palabras no dejará de referirse a asuntos polémicos como lo son fronteras y refugiados.
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