Los electores de Iowa acaban sabiendo mas de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos que los propios aspirantes. La razón es bien sencilla. Dicen tantas cosas en tampoco tiempo y en tantos sitios diferentes que al final resulta fácil imaginarse que no harán si llegan a instalarse en el despacho oval de la Casa Blanca. Los demócratas de Iowa, con su cena Jefferson Jackson en el edifico de Veteranos en Des Moines, añaden una nueva oportunidad para descubrir o llegar entender como es la vida sin vivir de un aspirante a presidente. Lo más chocante y curioso, los más sorprendente antes de escuchar al que siempre será presentado como el fututo presidente de los Estados Unidos es su sonrisa. Los demócratas en Iowa han llegado con la sonrisa Profiden que no abandonan ni cuando hablan o bailan en el estrado. Bailar como lo hace Obama es garantía de más exito que hablar de los buenos ejemplos que papa dejo en el aspirante Edwards. Son dos caras, dos ejemplos de una misma moneda, en la que solo cuando rueda de canto aparece Hillary dispuesta siempre a marcar todas las distancias y todas las diferencias. Iowa se ha vestido de fiesta y el maestro se llama democracia
sábado, 10 de noviembre de 2007
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