Annapolis será por fin la primera oporunidad que busca la administración Bush de dar un golpe de timón a la que hasta ahora ha sido una posición menos comprometida, de ver y callar, a veces consentir y siempre apoyar con palabras un proceso de paz en el que fue fue George Bush –de eso se presume- el primero en hablar y proponer un estado palestino soberano e independiente. La cumbre de Annapolis será la oportunidad de poner en limpio hasta donde Israel y Palestina están dispuestos a llegar despues de siete años de no majarse. The New Yor Times recuerda en su portada las primeras reuniones de un presidente con sus mas leales – Cheney, Rumsfeld y Powell- sugiriendo aparcar unas negociaciones en las que su antecesor, Bill Clinton, había dejado la piel sin resultados. Ahora Condolezza Rice –entonces consejera silenciosa- ha sugerido y le han aceptado echar el resto. La secretaria de estado ha pasado estas últimas horas intentando sugerir a los representantes de Israel y Palestina el que pudiera ser un documento final de mínimos, aceptable para todos. Olmert y Abbas están ya en Washington, pero dejan que otros –siempre Bush en la jugada- sean los que muevan ficha por ellos. Arabia Saudi y Siria –que ya es mucho- han aceptado la invitación de estar presentes en esa partida que a muchas bandas tiene esta noche su primera cita en Washington, mañana martes en Annapolis y el miércoles, si todo acabar mas o menos como se quiere, en la Casa Blanca con Bush oficiando de nuevo anfitrión a solo menos de un año y dos meses de su adios y despedida
lunes, 26 de noviembre de 2007
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