Ni deshacer las maletas. Sarkozy estrena su primera visita oficial a Washington paseándose como un relámpago, de pajarita y solo –sin acompañante- pero feliz de estrechar la mano a la primera dama, Laura Bush, y a un presidente que esta vez no tuvo que discutir el ponerse de tiros largos porque la ocasión de recuperar relaciones con Francia bien merece hasta brindar con agua. George Bush solo ha hecho que preparar esta noche lo que mañana será una maratón en menos de mediodía. Sarkozy hablará en el Capitolio de Washington a las dos cámaras reunidas en sesión extraordinaría, para entonces ya habrá pasado revista a los temas que más preocupan, la nuclearización de Irán es el tema estrella, pero Afgasnistán y la independencia de Kosovo no faltarán a una cita en la que las cicatrices de la invasión de Irak han tenido tiempo de encontrar ese bálsamo que siempre da el paso del tiempo y la sucesión en la silla del Eliseo.
martes, 6 de noviembre de 2007
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