Llueve sobre mojado, pero ahora el presidente Bush tendrá que desayunarse con culebras cuando lea la información convertida en portada por The New York Times. El periódico asegura que la Casa Blanca no es ajena a la autorización de interrogatorios salvajes a supuestos terroristas, interrogatorios que después de condenarlos publicamente en 2004, negar su autorización y casi su existencia, aprovechaba el nombramiento del ahora dimisionario fiscal general Alberto González para autorizar en secreto lo que desmentía públicamente. El departamento de justicia –dice la información- aprobaba las técnicas mas inhumanas que hasta entonces utilizaba la agencia central de inteligencia, la CIA, especialista en bañeras, torturas físicas y psíquicas, cambios extremos de temperatura y malos tratos, acciones que algunos funcionarios expresaron como contrarias a la ley, hasta provocaron despidos y dimisiones, que nunca llegaron a conocimiento de la opinión publica ni al de sus representantes en la Colina del Capitolio.
miércoles, 3 de octubre de 2007
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