Los vientos de Santa Ana van a seguir escribiendo el desastre en el sur de California donde un millón de ciudadanos se ven afectados directamente por fuegos sin control que avivan además temperaturas altas y muy secas. Los testimonios desgarradores se multiplican. Hay que lamentar un segundo muerto y mas de 44 heridos, algunos bomberos con quemaduras graves. Son más de 513 mil personas las obligadas a abandonar sus hogares, el estadio de San Diego covija a miles de familias que recuerdan en su peregrinar las trágicas consecuencias del Katrina. George Bush, que declaro hace veinticuatro horas el estado de emergencia, visitará California mañana jueves, corrigiendo sobre la marcha sus primeras intenciones, quizás porque ahora sabe la proporciones reales y todavía por terminar de escribir de la que es ya la mayor evacuación de la historia californiana.
miércoles, 24 de octubre de 2007
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