Es la otra cara de la moneda, por no decir que son las consecuencias a encontrarse en esa senda por la que lleva el mundo el actual inquilino de la Casa Blanca. Las palabras de George Bush sobre una hipotética tercera guerra mundial en caso de que Irán decida dotarse de armas nucleares siguen provocando un efecto dominó en los mercados internacionales y financieros del mundo. Pintan oros… y no importan los colores a la hora de buscarse supuestas garantías de futuro. El precio del petroleo, la cotización olvidada del oro y una moneda como el euro se han convertido en estos últimos días en un seguro de vida ante la inestabilidad geopolítica. Los records caen por segundos y solo la mano que mece la cuna puede cambiar un sino que a nadie de momento parece haber sorprendido demasiado. El barril de petroleo Texas está por encima de los 93 dólares, la onza de oro llega a los 800 y el euro se da un respiro sin dejar de rozar el dólar con cuarenta y cuatro centavos.
martes, 30 de octubre de 2007
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