La moratoria a la pena de muerte en los estados unidos ha terminado siendo realidad. El tribunal supremo ha vuelto a impedir en el último minuto la muerte con inyección letal del condenado Wesley Bery que esperaba al cumplimiento de la sentencia por asesinato en una prisión del estado de Mississippi. Solo dos objeciones, la de los jueces Scalia y Alito, no han impedido que el Tribunal de Tribunales vuelva a condicionar las ejecuciones de los 3300 condenados a muerte que esperan su hora en los corredores carcelarios de 38 estados. El Supremo deberá resolver antes y como pronto a partir de enero el caso denominado Baze contra Rees que le ha llegado desde el estado de Kentucky. La decisión de hoy es un claro mensaje de que la moratoria a la pena de muerte es tan real como la vida misma. Hay que esperar a una sentencia que llegara en la primavera próxima para saber que decide el Supremo sobre una cuestión muy singular… no se discute la constitucionalidad de la pena de muerte –de eso no hay ninguna duda- solo se trata de llegar a decidir si la inyección letal, sus componentes y drogas, no provocan un sufrimiento añadido, innecesario e inhumano al condenado a muerte.
ES LA TERCERA...
Tercera ocasión y se espera que sea la última en la que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos debe detener una ejecución en el último minuto. Ahora fue en el estado de Mississippi y es de suponer que los tribunales inferiores –federales o estatales- tomen nota (aún a regañadientes) del cual debe ser el criterio a seguir hasta que el Tribunal de Tribunales decida la próxima primavera no sobre la constitucionalidad de la pena de muerte –de lo que no tienen ninguna duda- sino solo si el método que se utiliza para acabar con la vida de los condenados –la inyección letal, el coctel de droga que se administra, su composición- es un método inhumano y cruel al sobreañadir al ultimo castigo un dolor y un sufrimiento innecesarios. La decisión del Supremo es en la práctica una moratoria a la pena de muerte hasta que sus nueve magistrados decidan sobre un caso que sobre esta cuestión llegó a la corte desde el estado de Kentucky.
ES LA TERCERA...
Tercera ocasión y se espera que sea la última en la que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos debe detener una ejecución en el último minuto. Ahora fue en el estado de Mississippi y es de suponer que los tribunales inferiores –federales o estatales- tomen nota (aún a regañadientes) del cual debe ser el criterio a seguir hasta que el Tribunal de Tribunales decida la próxima primavera no sobre la constitucionalidad de la pena de muerte –de lo que no tienen ninguna duda- sino solo si el método que se utiliza para acabar con la vida de los condenados –la inyección letal, el coctel de droga que se administra, su composición- es un método inhumano y cruel al sobreañadir al ultimo castigo un dolor y un sufrimiento innecesarios. La decisión del Supremo es en la práctica una moratoria a la pena de muerte hasta que sus nueve magistrados decidan sobre un caso que sobre esta cuestión llegó a la corte desde el estado de Kentucky.
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