Condolezza Rice y hasta Robert Gates –pidiendo 92 mil nuevos soldados para el ejercito estadounidense- se han echado a las espaldas el compromiso de vender el plan Bush para Irak. Las gestiones diplomáticas son otro cantar de las que han hablado largo y tendido en la comisión de exteriores del Senado la secretaria de estado. Ha sido sesión de tiros largos, bajo la presidencia de un demócrata como Biden que aspira a disputar la candidatura demócrata para el cartel del 2008 y que recordaba delante de Rice estar en el Capitolio de Washington desde el final de la guerra de Vietnam. Rice ha demostrado saberse muy bien la lección, esta dispuesta a habalar con todos hasa con Irán si renuncia a los programas de enriquecimiento de uranio, pero no ha conseguido ganarse a la familia demócrata que solo ha tenido que recordarle la historia: nunca ha tenido existo una política exterior no consensuada por todos y a espaldas del pueblo. La decision de enviar mas tropas a Irak anunciada por el presidente es el más peligroso y craso error en política exterior desde la guerra de Vietnam. La declaración la firma el senador republicano por Nebraska Churk Hagel. La secretaria de estado Condoleza Rice se quedó boquiabierta, pero intentará sorprender a propios y extraños, cuando en la gira que hoy emprende hacia el Oriente Próximo saque de su chistera una posible oferta para que Palestina se proclame estado provisional.
GANARSE LA CONFIANZA
El mea culpa del presidente nace de la necesidad que tiene George Bush de ganarse la confianza que le niegan las encuestas y que ratificaron las urnas el pasado noviembre. Al presidente Bush -lloraba al entregar una medalla al honor a la familia de un soldado muerto en Irak- le quedan 739 dias en la casa blanca y es la primera vez que acepta que no todo ha sido un camino de rosas. La situación en Irak es inaceptable para el pueblo estadounidense y es inaceptable para mi, Nuestros soldados han luchado con valentía han hecho todo lo que les dijimos que hicieran, donde ha habido errores la responsabilidad recae sobre mi. Esta vez el plan hace rehén al gobierno de Al Maliki del éxito de una misión que debe ser avalada sin politiquerías ni sectarismos por un país que está al borde de una guerra civil y a quien el próximo noviembre quieren trasferirle la seguridad de las 18 provincias de su territorio.
SESION DE CONTROL
Las gestiones diplomáticas son otro cantar de las que han hablado esta mañana largo y tendido en la comisión de exteriores del Senado. Ha sido sesión de tiros largos, bajo la presidencia de un demócrata como Biden que aspira a disputar la candidatura demócrata para el cartel del 2008 y que recordaba delante de Rice estar en el Capitolio de Washington desde el final de la guerra de Vietnam. Rice ha demostrado saberse muy bien la lección, pero no ha conseguido ganarse a la familia demócrata que solo ha tenido que recordarle la historia: nunca ha tenido existo una política exterior no consensuada por todos y a espaldas del pueblo. Rice quiere sorprender a propios y extraños, esta mañana desde la casa blanca anunciaba su intención de hablar con propios y extraños, hasta se ofrecía a romper el maleficio del silencio que durante 27 años han presidido las relaciones con Irán, claro que bajo la premisa de que abandonen los programas de enriquecimiento de uranio. Ofrezo hablar con mi contraparte quiera y como quiera.
SESION DE CONTROL
Las gestiones diplomáticas son otro cantar de las que han hablado esta mañana largo y tendido en la comisión de exteriores del Senado. Ha sido sesión de tiros largos, bajo la presidencia de un demócrata como Biden que aspira a disputar la candidatura demócrata para el cartel del 2008 y que recordaba delante de Rice estar en el Capitolio de Washington desde el final de la guerra de Vietnam. Rice ha demostrado saberse muy bien la lección, pero no ha conseguido ganarse a la familia demócrata que solo ha tenido que recordarle la historia: nunca ha tenido existo una política exterior no consensuada por todos y a espaldas del pueblo. Rice quiere sorprender a propios y extraños, esta mañana desde la casa blanca anunciaba su intención de hablar con propios y extraños, hasta se ofrecía a romper el maleficio del silencio que durante 27 años han presidido las relaciones con Irán, claro que bajo la premisa de que abandonen los programas de enriquecimiento de uranio. Ofrezo hablar con mi contraparte quiera y como quiera.
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