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George Bush se ha ganado una bomba de oxigeno entre la opinión publica (que veía alborozada como los republicanos aplaudian la mano tendida del Presidente a Nancy Pelosi mientras los demócratas se lo miraban sentados) aunque sigue sin convencer a los medios de comunicación que fustigan su arrogancia y falsa apariencia de generosidad. El Washington Post dice haber escuchado dos discursos en uno, aunque concede como conclusión de esperanza que el presidente -en estado de asedio- demostró audacia para introducir ideas en la vida nacional, incluso en la agenda republicana que mira por adelantado a las elecciones del 2008. The New York Times es más duro en un editorial en el que acusa a Bush de no haberse enterado del cambio electoral que le ha dejado sin mayorías en el Capitolio de Washington. Hablar de reducir el consumo de gasolina sin decir ni una palabra del calentamiento global resta crédito a cualquier propuesta –dice el rotativo- que llega incluso a comparar los minutos y las palabras que George Bush ha ganado y pronunciado en los siete discursos sobre el estado de la unión. Anoche -segun tan singular aplausómetro- fue 
interrumpido en 61 ocasiones, solo consiguió 14 minutos de vitores y aplausos –la vez que menos- aunque no mucho menos (un minuto exacto y con menos interrupciones) que el pasado año cuando ya habia empezado su declive. George Bush tiene todavía 22 meses por delante hasta las elecciones presidenciales donde nada se juega, aunque ahora ya sabe que su tarea es trabajar para el legado y para la historia. Su consuelo es saber que al menos la encuesta urgente de la CNN tras su mensaje a la nación ha sido positiva entre los tele-espectadores: 41% intepreta que lo visto fue muy positivo, 37% algo positivo, 20% negativo… Un notable alto que puede ser considerado matrícula cum laude cuando 2 de cada 3 estadounidenses no confía ya en el éxito de la guerra y el presidente anoche consiguió decir Irak en 34 ocasiones en un discurso con 34 mil palabras donde fue IRAK la que sorpresivamente se llevo la gloria, superando cualquier referencia anterior, incluso las 27 veces que lo utilizó en el 2005.
George Bush se ha ganado una bomba de oxigeno entre la opinión publica (que veía alborozada como los republicanos aplaudian la mano tendida del Presidente a Nancy Pelosi mientras los demócratas se lo miraban sentados) aunque sigue sin convencer a los medios de comunicación que fustigan su arrogancia y falsa apariencia de generosidad. El Washington Post dice haber escuchado dos discursos en uno, aunque concede como conclusión de esperanza que el presidente -en estado de asedio- demostró audacia para introducir ideas en la vida nacional, incluso en la agenda republicana que mira por adelantado a las elecciones del 2008. The New York Times es más duro en un editorial en el que acusa a Bush de no haberse enterado del cambio electoral que le ha dejado sin mayorías en el Capitolio de Washington. Hablar de reducir el consumo de gasolina sin decir ni una palabra del calentamiento global resta crédito a cualquier propuesta –dice el rotativo- que llega incluso a comparar los minutos y las palabras que George Bush ha ganado y pronunciado en los siete discursos sobre el estado de la unión. Anoche -segun tan singular aplausómetro- fue 
interrumpido en 61 ocasiones, solo consiguió 14 minutos de vitores y aplausos –la vez que menos- aunque no mucho menos (un minuto exacto y con menos interrupciones) que el pasado año cuando ya habia empezado su declive. George Bush tiene todavía 22 meses por delante hasta las elecciones presidenciales donde nada se juega, aunque ahora ya sabe que su tarea es trabajar para el legado y para la historia. Su consuelo es saber que al menos la encuesta urgente de la CNN tras su mensaje a la nación ha sido positiva entre los tele-espectadores: 41% intepreta que lo visto fue muy positivo, 37% algo positivo, 20% negativo… Un notable alto que puede ser considerado matrícula cum laude cuando 2 de cada 3 estadounidenses no confía ya en el éxito de la guerra y el presidente anoche consiguió decir Irak en 34 ocasiones en un discurso con 34 mil palabras donde fue IRAK la que sorpresivamente se llevo la gloria, superando cualquier referencia anterior, incluso las 27 veces que lo utilizó en el 2005.
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