El juicio a Lewis Scooter Libby, mano derecha del vicepresidente Cheney, es desde hace tiempo un juicio con muchos ribetes politicos, a los que el juez Reggie Walton, desde el Distrito de Columbia y en Washington, dedicará de cuatro a seis semanas, empezando hoy mismo por elegir a doce hombres buenos, jurado para el que fiscal especial Patrick Fitzgerald y los abogados defensores han preparado un exhaustivo examen que se prolongará hasta el próximo lunes. Libby está acusado de facilitar y descubrir a los medios de comunicación el nombre de Valerie Plane como agente secreta de la Agencia Central de Información –CIA- un delito fefderal que ya le ha valido renunciar a todos sus cargos como asesor en la Casa Blanca. El trasfondo del asunto es una venganza política, pues Valerie es la esposa del diplomático estadounidense encagado de facilitar a la adminitracion Bush los informes en los que luego se basaron para justificar que barras de aluminio procedentes de Nigeria fueran utilizadas por el régimen de Sadam Huseim para enriquecer uranio. El diplomático, a través de las páginas del periódico The New York Times, era 2003, negaba tal posibilidad y denunciaba la falsedad de tales conclusiones.
martes, 16 de enero de 2007
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