Helados dias son los que se viven en buena parte de los Estados Unidos, de norte a sur, de este a oeste, con un balance provisonal de víctimas que supera de largo el medio centenar. Los informativos de las televisiones dan cuenta de carreteras convertidas en pistas de pastinaje, accidentes por doquier, tormentas de hielo que destrozan tendidos eléctricos y hacen caer árboles como si fueran palillos, provocando consecuencias devastadoras: más de un millon de personas están ahora sin energia eléctrica –lo mismo en Maine, que en Texas , Kansas, Iowa, Misouri, Indiana, Arkansas, Michigan , Nueva York u Oklahoma, estado este último donde los 18 mil habitantes de Oklahoma City han tenido que buscar refugio en una iglesia dotada con alternadores capaces de soportar el suministro a calefacciones. En California, el hielo que falta para bañarse en Rusia sobra en los campos de naranjas donde los agricultores se las ingenian con hogueras y ventiladores tratando de salvar sus cosechas. En Washington, Distrito de Columbia, la capital federal de los Estados Unidos, sin nieve todavía este año pero con esa la humedad característica que se mete por los huesos, tiene ahora una temperatura que en los termómetros marca ocho grados bajo cero.
miércoles, 17 de enero de 2007
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