Pasa en las mejores familias, pero no quieren que pase tan a menudo en esa gran familia en la que por estas fechas, en los Estados Unidos, empieza a ser el colegio. La vuelta a clase –despues del verano y de la primera fiesta escolar, aquí el dia del trabajo- queda marcada en el calendario por el descubrimiento de nuevos hábitos y costumbre. Este año se lleva y se repite el móvil. Los teléfonos móviles han conseguido en este país llegar a todas las esquinas, tambien –para colmo de profesores- a los colegios donde los chavales saben que un aviso, ya no digamos una llamada, puede costarles un disgusto. La publicidad ha sido la mejor aliada de la nueva moda. Los chicos piden a los papas el móvil, hasta conseguir que un 73 por ciento de los chavales que lo tienen hoy de 12 a 17 años se hayan enganchado con la mayor de las facilidades a una linea por la que llegan toda clase de consecuencias. Haber pagado 700 dólares en la primera factura, puede ser el primer aviso importante de que algo no funciona. Las compañias que ofrecen gangas para todo se han puesto ahora las pilas para cobrar por servicios que limiten los servicios. El hablar por los codos puede ser imposible previo pago de 5 dólares extras. El limitar las horas de utilización lo mismo… El negocio es sin embargo el negocio, y consumir es una adicción que en este país tiene premio. Ahora el modelo Disney incluye teclas especiales para papas. Teclas con las que configurar el teléfono móvil de sus hijos sabiendo que en muy poco tiempo -un par de añitos para ser mas exactos y siempre según los muy cualificados estudios de mercado- en solo dos años los teléfonos móviles tendrán diez millones de nuevos usuarios entre niños de 7 a 11 años. Para entonces, seguro que si los padres no se han vuelto un poco más locos, los enanos de la casa podrán superarse en la elección de tonos y llamadas con sintonías que de seguro se habrán quedado un poco más viejas.
martes, 4 de septiembre de 2007
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