El sonido de las máquinas, las construcciones y diseños que llenarán la llamada zona cero en Nueva York o el Pentágono a las puertas de Washington han cambiado radicalmente el aspecto de un aniversario que este 11 de septiembre está dominado más por las consecuencias que por el mero recuerdo. La guerra de irak, los informes que escucha el capitolio de Washington, la intención de George Bush de dar de nuevo la cara ante su pueblo, hacen que familiares y amigos de las víctimas de Nueva York, Washington y Pensylvamia estén mas que nunca dispuesto a reclamar el homenaje a los suyos. Seis años después de los atentados con la firma de Alcaeda, el recuerdo es un lacerante presente donde por faltar, no ha faltado ni tan si quiera la reaparición de su líder en forma de vídeo. Las preguntas se repiten. Bin Laden puede estar "virtualmente desarmado", hacer solo "propaganda" como se anuncia y repite desde los aledaños de la Casa Blanca, pero los estrategas, los especialistas, los políticos, el pueblo estadounidense sigue pensando que su país, el mundo entero, no puede sentirse ni mucho menos mas seguro que ayer, mas seguro que antes. La esperanza es el cambio. Un cambio que empieza por conocer mejor el presente y por reconocer errores que este 11 de septiembre van a volver a contarse en otros cientos de programas especiales.
lunes, 10 de septiembre de 2007
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