David Petraeus defiende su estrategia en Irak en el Capitolio de Washington. El general de cuatro estrellas, como el embajador Ryan Corcker, está satisfecho porque los niveles de violencia han decrecido, porque se ha conseguido dar golpes importante a Alcaeda, descubrir mas de 4000 arsenales clandestinos de armas, desbaratar ayudas exteriores de Iran Siria y Hezbola, aunque no puede cantarse victoria. Petraeus acepta la reducción de tropas, habla de tener 15 brigadas el verano próximo -30 mil soldados regresara para entonces a casa- pero advierte que profesionalmente hablar sobre el particular es prematuro y puede resultar peligroso. La situación en Irak–ha dicho- es compleja, difícil y a veces frustrante. Conseguir los objetivos marcados llevará tiempo, ni es rapido, ni es facil. Petraeus ha acompañado su exposición con gráficos. El embajador Crocker ha esperado su turno, es la suya una intervención mas politica pero Petreaus tambien ha hecho sus aprotaciones. La competencia por el poder es una de las atenciones pendientes y una exigencia a contemplar el futuro inmediato. La forma de resolver este problema será clave para producir mas o menos violencia. Crocker añadia: Es posible que Estados Unidos pueda realizar sus objetivos en Irak al igual que los iraquies resuelvan los problemas que enfrentan a diario. Es cuestión de tiempo, pero Al Maliki como su gobierno -defendía como aviso a navegantes- son muy esforzados y patriotas. La reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Armados y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes ha sido interrumpida en varias ocasiones por manifestantes que han acabado siendo desalojados de la sala.
SIN GARANTIAS
David Petraeus y Ryan Crocker, general y embajador en Irak, han pasado con sobresaliente su primer examen ante los representantes de las Comisiones de Asuntos Exteriores y Asuntos Armados de la Cámara Baja. Petraeus y Crocker contestan todavía ahora a las curiosidades de sus señorias, pero han dejado claro que la nueva estrategia para Irak funciona y el éxito cuestión de tiempo, aunque siempre sin garantías. Estados Unidos –dice Crocker- puede realizar sus objetivos, como los iraquies resolver los problemas que enfrentan cada dia. La competencia por el poder –advertía el general Petraeus- puede ser la llave de nuevos conflictos. Resolver la cuestion puede generar mas o menos violencia.La observación salta a la vista. La situación en Irak –ha explicado el general Petraeus es compleja, difícil, y a veces frustrante. Conseguir los objetivos marcados llevará tiempo. Ni es rápido, ni es facil. Petraeus hablaba de una guerra en la que está presente Alcaeda, colaboradores como Hizbula, Irán, Siria –Crocker preferia descatacar la entrega y patriotismo de un gobierno como el de Al Maliki- pero era y es la retirada de tropas lo que todos esperaban. El general de cuatro estrellas ha sabido declinar con habilidad una estrategia que ha llamado estrategia de transición, quiere empezar de inmediato la retirada pero advierte que profesionalmente hablar de la cuestión es prematuro y puede hasta resultar peligroso. La idea es que en el verano del año próximo 30 mil soldados estadounidenses estén de regreso a casa, justo cuando para aquel entonces 40 mil nuevos soldados iraquies hayan recibido formación y entrenamiento como para llegar a formar parte de sus nuevas fuerzas armadas.
BUSH DECIDE
George Bush tiene la sartén por el mago y el mango tambien. Hablamos de la autoridad que confiere ser el presidente de los Estados Unidos. Su privilegio de poder decir la última palabra, aunque sea incluso llevando la contraria a las mayorías demócratas que hoy marcan la agenda política desde el Capitolio de Wasghngton. Los informes que el general Petraeus y el embajador Crocker pasean desde este lunes por la colina del Capitolio –solo hemos asistido a la primera de las tres comparecencias anunciadas para las próximas setenta y dos horas- pueden provocar muy bien que representantes y senadores –republicanos y demócratas que distan mucho de ponerse de acuerdo- traten no solo de conocer toda la verdad y nada mas que la verdad sobre Irak sino tambien agilizar y provocar consensos con los que salir del atolladero de una guerra que saben muy bien como empezaba pero -suele siempre ocurrir- no imaginan, ni saben como puede acabar. George Bush juega ahora con ventaja. Su general en Irak ha dicho -claro y alto- que puede empezar la retirada, pero sin calendarios ni propaganda. El Congreso sabe que todo es posible, pero si hay algo cada día mas seguro, es que la herencia de George Bush al próximo presidente de los Estados Unidos dejará en Irak muchas promesas, muchas deudas y muchos soldados lejos todavía de volver a casa.
SIN GARANTIAS
David Petraeus y Ryan Crocker, general y embajador en Irak, han pasado con sobresaliente su primer examen ante los representantes de las Comisiones de Asuntos Exteriores y Asuntos Armados de la Cámara Baja. Petraeus y Crocker contestan todavía ahora a las curiosidades de sus señorias, pero han dejado claro que la nueva estrategia para Irak funciona y el éxito cuestión de tiempo, aunque siempre sin garantías. Estados Unidos –dice Crocker- puede realizar sus objetivos, como los iraquies resolver los problemas que enfrentan cada dia. La competencia por el poder –advertía el general Petraeus- puede ser la llave de nuevos conflictos. Resolver la cuestion puede generar mas o menos violencia.La observación salta a la vista. La situación en Irak –ha explicado el general Petraeus es compleja, difícil, y a veces frustrante. Conseguir los objetivos marcados llevará tiempo. Ni es rápido, ni es facil. Petraeus hablaba de una guerra en la que está presente Alcaeda, colaboradores como Hizbula, Irán, Siria –Crocker preferia descatacar la entrega y patriotismo de un gobierno como el de Al Maliki- pero era y es la retirada de tropas lo que todos esperaban. El general de cuatro estrellas ha sabido declinar con habilidad una estrategia que ha llamado estrategia de transición, quiere empezar de inmediato la retirada pero advierte que profesionalmente hablar de la cuestión es prematuro y puede hasta resultar peligroso. La idea es que en el verano del año próximo 30 mil soldados estadounidenses estén de regreso a casa, justo cuando para aquel entonces 40 mil nuevos soldados iraquies hayan recibido formación y entrenamiento como para llegar a formar parte de sus nuevas fuerzas armadas.
George Bush tiene la sartén por el mago y el mango tambien. Hablamos de la autoridad que confiere ser el presidente de los Estados Unidos. Su privilegio de poder decir la última palabra, aunque sea incluso llevando la contraria a las mayorías demócratas que hoy marcan la agenda política desde el Capitolio de Wasghngton. Los informes que el general Petraeus y el embajador Crocker pasean desde este lunes por la colina del Capitolio –solo hemos asistido a la primera de las tres comparecencias anunciadas para las próximas setenta y dos horas- pueden provocar muy bien que representantes y senadores –republicanos y demócratas que distan mucho de ponerse de acuerdo- traten no solo de conocer toda la verdad y nada mas que la verdad sobre Irak sino tambien agilizar y provocar consensos con los que salir del atolladero de una guerra que saben muy bien como empezaba pero -suele siempre ocurrir- no imaginan, ni saben como puede acabar. George Bush juega ahora con ventaja. Su general en Irak ha dicho -claro y alto- que puede empezar la retirada, pero sin calendarios ni propaganda. El Congreso sabe que todo es posible, pero si hay algo cada día mas seguro, es que la herencia de George Bush al próximo presidente de los Estados Unidos dejará en Irak muchas promesas, muchas deudas y muchos soldados lejos todavía de volver a casa.
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