Ni Texas, ni Oklahoma, ni los medios de comunicación estadounidenses quieren darse por enterados de la recomendación que siempre firma y en estas ultimas horas repite la Unión Europea. La pena de muerte en este país, la moratoria que se pedía en el estado de Texas, queda al parecer muy lejos de hacerse realidad. La próxima noche, de no mediar un milagro, el afroamericano de 32 años Johnny Conner será ejecutado en la prisión de Huntsville. Las estadísticas hablan por si solas, Corner será el vigésimo primer reo de Texas en recibir una inyección letal en lo que va de año, pero también hace el numero 400 de los ejecutados en ese estado desde 1983, fecha en la que se reinstalo la pena de muerte. En el vecino estado de Oklahoma, hace solo unas horas, una pizza y una coca cola fueron las ultimas voluntades del recluso Frank Duane Welch, 46 años, autor del asesinato de una joven embarazada por el que había sido sentenciado a muerte hace mas de veinte años.
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