El periodismo de aniversario cumple este miércoles su segundo año mirando a Katrina, ese huracán que un día como hoy rompía los diques de Nueva Orleans, cubría de agua la ciudad del jazz y de los carnavales y acababa con la vida de 1486 personas. Helen Forte, 80 años, se habia salvado de milagro y en esta sonrisa se entierran esta semana de recuerdos historias mil en una ciudad que vive, ha vivido y vivirá el peligro siempre real de estar construida por debajo del nivel del mucho agua que le rodea. Los últimos dias de agosto y los primeros dias de septiembre del año 2005 pusieron a prueba y superaron con crece los denodados esfuerzos de los servicios de emergencia. Helen, tambien diabética, recuerda ahora que sus medicinas quedaron inutilizadas, que ese helicóptero que llego a rescatarla el 9 de septiembre puso por las aires su vida, obligándole a un destierro que todavía recuerda en tierras al Sur de Carolina. Helen es una mujer con suerte, ha vuelto a su casa, -fue una de las doscientas mil que se llevo el Mississippi- ha vuelto a Nueva Orleáns, una ciudad que todavía ahora lucha por sobrevivir. Los números oficiales reconocen que casi la mitad del medio millón de habitantes que tenia Nueva Orleans antes de Katrina han preferido buscar tierras de secano y evitar lo que a ciencia cierta parece otra tragedia anunciada. Hasta la década que viene, hay que gastarse siete mil millones de dólares si se quiere hablar de diques seguros, pero nadie da garantías de que hasta entonces la naturaleza –el tiempo y sus pronósticos, los huracanes del Golfo de México- respeten los buenos deseos… respeten incluso la sonrisa inocente de una anciana de ochenta años como Helen a la que todavía hoy se le encoge el alma –como a cientos- cuando escucha el nombre de Katrina.
martes, 28 de agosto de 2007
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