El sistema esta roto, fueron las últimas palabras que ha pronunciado esta noche –madrugada en España- el afroamericano Johnny Ray Conner, 32 años, sentenciado a morir como autor de un crimen que siempre negó y por el que ha vuelto a pedir perdón –por enésima vez, y ya bajo los efectos de una inyección letal- a su familia y a la familia de la víctima. Conner ha pasado a la historia del Estado de Texas como el preso número 400 al que se le aplica la pena de muerte. Solo en este año de los 34 reclusos ejecutados en los Estados Unidos, 23 lo han sido en Texas –un estado del sur, poco mas grande que España- donde gobernara el hoy presidente Bush y en el que su sucesor ha ignorado el llamamiento que para una moratoria de la pena capital le hacía llegar en las últimas horas la presidencia de la Unión Europea. Por si fuera poco, ademas de la ejecución de Corner, la próxima semana está previsto llevar al cadalso a otros tres reclusos.
miércoles, 22 de agosto de 2007
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