La historia continua, porque la presentación de Paul Wolfowitz ante el Comite de Disciplina del Banco Mundial que dirige, ha sido solo un punto y seguido a la investigación que desde hace semanas trata de dilucidar si el ex numero dos del Pentágono y siempre cercano colaborador de la administración Bush se paso unos cuantos pueblos a la hora de gratificar el traslado forzoso de su novia Shaha Ali Riza fuera del banco para evitar un conflicto de intereses. Wolfowitz ha elegido la defensa del calamar: hay "una campaña de calumnias" en mi contra y no voy a dimitir. Es el mensaje que a estas horas se traslada a los medios de comunicación, previa elaboración de un informe escrito que el comité hará llegar de inmediato al Consejo Ejecutivo del Banco Mundial, el santa-santorum de la institución, en el que 24 directores representan a los 185 países miembros de la entidad. Ni que decir tiene que el caso Wolfowitz seguirá levantando polvareda, máxime cuando el propio George Bush acaba de repetir que su director debiera quedarse en el Banco Mundial despues de tener oportunidad de presentar sus argumentos.
lunes, 30 de abril de 2007
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