martes, 17 de abril de 2007

BLACKSBURG, TRAGEDIA QUE NO SE LLEVO EL VIENTO

Estoy en Blacksburg, 420 kilómetros al suroeste de Whasington DC, un pueblo ganado por y para la Universidad que es capaz de reunir en sus alrededores -ahora llevados por el viento y temperaturas bajo cero- a más de 25 mil estudiantes. Universitarios de mas de 115 países /tambien, me dicen, que cuatro españoles/ pendientes de internet y de saber que ha sido de sus amigos y compañeros. Estoy a tres manzanas del edificio donde perdían la vida 31 personas, entre ellas el supuesto asesino al que describen como un joven asiático de veinte a veinticinco años, pero que nadie identifica… como a los 33 muertos… aunque todos… quien mas quien menos se conocen y temen y hasta lloran lo peor por adelantado.
MARTES DE LUTO
El martes, el dia después, será martes de luto en la Universidad técnica de Virginia. En Blacksburg, donde la alarma era el tiempo y los vientos huracanados, la sorpresa llagaba con tiros por doquier. Este martes lloran a 33 muertos, universitarios a los que se rendirá tributo religioso y asambleario… aunque a estas horas /aquí medianoche, con rafas de viento de 60 km. hora y temperatura de un grado bajo cero/ la ciudad esta en silencio recluida en los apartamentos universitarios y mirando a internet, ojeando la página de la universidad en espera de conocer noticias.
NUNCA PASA NADA
En Blacksburg, en la Universidad Técnica de Virginia nunca pasa nada. Esta es la filosofía que existe en un campus en el que viven 26 mil estudiantes, ahora de luto, con las banderas a media asta y luchando por no ser arrastradas por el viento y el mucho frío que esta noche acompaña el luto por 33 muertos. La policía y las autoridades académicas se escudan en cerrar las investigaciones para no facilitar mas detalles que los que ya han puesto en guardia a la comunidad universitaria. Esperan con impaciencia listas, conocer quienes son los compañeros fallecidos, esperan explicarse porque Blacksburg dejó de ser el pueblo universitario de Virginia donde nunca pasaba nada.
CAZAR, INVITACION PENDIENTE
La vida tranquila de la Universidad Técnica de Virginia, en Blaksburg, ha saltado en mil pedazos. Treinta y tres muertos, lo nunca visto en una comunidad estudiantil estadounidense, eran tiroteados a sangre fría en dos incidentes en los que todavía no se da por segura la relación. Las banderas en Blaskburg están a media asta, el viento y el frio han suspendido vigilias y reuniones estudiantiles. Los apartamentos alrededor del campus son el refugio de reuniones, de familias que esperan ver pasar el tiempo, pero sobre todo informarse de quienes son los caidos y compartir para olvidar como hace la familia IRGAN, argentinos con dos anos de residencia en este campus. Matias, estudiante en Blacksburg /16 años/ todavía recuerda como su madre le prohibía ir a la primera invitación que le hacían sus nuevos amigos de Virginia. Ir de caza… y eso sin necesidad de comprar armas como las que hoy usaba un joven asesino que pudo adquirirlas en la feria del pasado fin de semana en el pueblo de al lado.
MASACRE QUE NO SE LLEVA EL VIENTO
A la ciudad de Blacksburg no se lo ha llevado el viento… Estoy en la Universidad Técnica de Virginia en la noche mas especial de su historia. esta vez /en una ciudad universitaria en la que nunca había pasado nada/ ha pasado lo que nunca había pasado en los Estados Unidos. Treinta y tres muertos en dos tiroteos han vestido de luto a un país en le que otra vez el debate de las armas vuelve a estar a flor de piel. Las preguntas son mas que las respuestas. La comunidad universitaria de Blacksburg /26 mil personas/ celebrará en las próximas horas un acto religioso y una asamblea multitudinaria en la que decidirá los pasos a dar. Esta vez, con diferentes opiniones, por una vez incluso con palabras críticas, alrededor de una seguridad que no pudo evitar una tragedia… La tragedia que se vive en internet y por teléfono, en espera de conocer la lista de fallecidos con el nerviosismo de las familias que desde los cinco continentes se interesan por conocer la suerte de los suyos.
EN CASA Y SOLO EN CASA
La Universidad Técnica de Virginia, la ciudad de Blackburg, esta encerrada en sus casas pero conectadas a la página de internet en la que prometen darles nombres, identificar a los 33 compañeros muertos en la que es la masacre mas espectacular en un centro educativo de la historia estadounidense. Blacksburg a 420 kilómetros de la capital Washington es una ciudad donde hasta hoy decían que nunca pasaba nada. Este martes el duelo se oficiará en un acto religioso /puede asistir el presidente George Bush/ pero a renglón seguido se ha convocado la primera asamblea después de un día que ya nunca podrán olvidar los 26 mil universitarios que llegados de todo el mundo sufren ahora el silencio de unas investigaciones que han provocado mas preguntas que respuestas.
CUATRO ESPAÑOLES, SIN NOVEDADES
Queremos saber quienes son los compañeros muertos, queremos saber porque ha pasado algo que hasta hoy era imposible… Esta vez, en Blasksburg no se ha hecho como suele ocurrir en la historia estadounidense. No se cierran filas, no hay causa común . Se han oido críticas, se han hecho muchas preguntas sobre todo porque no se cierra la Universidad a la siete y cuarto cuando aparecen los dos primeros muertos en los dormitorios universitarios. Las investigaciones no han producido resultados. Se han complicado porque este campus no es una Universidad cualquiera… Todo es universidad, no solo el campus sino los miles de apartamentos que lo rodean, donde ahora Mónica DAZZINI /arquitecta argentina/ me da asilo sin dejar de preguntarse que habrá sido de sus compañeros, de una comunidad Latina, en la que tampoco faltan cuatro estudiantes españoles.
DUELO JUNTO A LA AUTOPISTA
Duelo en Blackburgs, en la ciudad que ha hecho la Universidad Técnica de Virginia, en medio de autopistas, cerca de la inter-estatatal 81, donde hasta hoy nunca pasaba nada. Duelo y banderas a media asta en lo que debía ser jornada de alerta roja por amenaza de tornados. El viento no se ha llevado por delante la tragedia, se vive todavía ahora en internet y por teléfono en Blacksburg, donde en las próximas horas un acto religioso en el que puede aparecer el presidente George Bush y una asamblea estudiantil quiere marcar rumbos y dar respuesta a las muchas preguntas que flotan en el aire: Quienes son los compañeros muertos, y por que, por que ahora Blacksburg /la ciudad en la que nunca pasaba nada/ tiene que convertirse con 33 muertos en otra ciudad para la historia negra de un país donde el 11 de septiembre había hecho olvidar esa realidad que no es otra que tener siempre armas al alcance de la mano.
MAS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS
La comunidad universitaria de Blacksburg, en la Universidad Técnica de Virginia, espera respuestas. Quiere conocer a sus muertos, las banderas a media asta, el viento y el frío, han desplazado a la noche de hoy la vigilia con velas al día después donde no van a faltar citas obligadas. La primera una convocatoria a las nueves (tres de la tarde) con la ultima hora de la investigaciones… luego un acto religiosos al que pudiera sumarse el presidente de los Estados Unidos y un ministro en la cuerda floja, González, quien ve aplazarse su comparecencia en el senado de Washington. Puede despues celebrarse una asamblea estudiantil en la que decidir cuando y como volver a las aulas. Rematar un curso que había empezado torcido y que acaba en el despropósito: 33 muertos en dos tiroteos, en un mes que había empezado con dos amenazas de bomba y la recompense de cinco mil dólares que ofrecían las autoridades universitarias por una información que ahora se les exigen a ellos a voces. Es la primera vez que no se cierran filas, es la primera vez que actos tan luctuosos han dejando entre abierta una puerta hasta ahora desconocida en la sociedad estadounidense. La puerta de la critica a decisiones que después de ver primero dos muertos y dejar pasar dos horas acabaron en la mayor masacre de la historia universitaria estadounidense.
PRIMEROS NOMBRES DE CAIDOS
Juan Ortiz será el único latino en las listas oficiales que la Universidad Técnica de Virginia facilitará en las proximas horas en comunicado oficial de sus autoridades académicas. Juan era natural de Puerto Rico. Habia llegado a Blaksburg este año acompañado de su esposa Lisel Vega, tambien estudiante. Juan fue tiroteado junto con su profesor Loghanattan y el joven estudiante Jarret Lane. Lisel agradece a través de un correo de internet la solidaridad recibida por la comunidad latina agrupada en una asociacion universitaria. Son hechos -escribe- que soy incapaz de asumir y llegar a creer.

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