George Bush ha calificado de inaceptable el trato recibido por soldados heridos en Irak en algunos hospitales militares, una atención que durante la última semana han denunciado reportajes sangrentes publicados por el periódico The Washington Post, capaces en esta ocasión de provocar –hace unas horas- la renuncia dimisión del Secretario del Ejercito Francis Harvey y el cese fulminante –el jueves pasado- del general de dos estrellas George Weightman responsable del hospital Walter Reed en la capital federal de los Estados Unidos. "Es inaceptable para mí, es inaceptable para nuestro país y esto no seguirá así" acaba de asegurar el presidente en su mensaje de radio que dirige al país todos los sábados y en el que tambien anunciaba la que seria una rápida repuesta del Capitolio -en manos demócratas – la creación de una comisión bipartidista para supervisar la atención medica que reciben los soldados. El reponsable del Pentágono Robert Gates, ministro de la guerra, habia declarado con anterioridad que "nuestros soldados heridos y sus familias se han sacrificado mucho y merecen lo mejor que podamos ofrecerles". Los estadounidenses consideran por lo general a sus heridos y veteranos de guerra como heroes a los que admirar y respetar, una razón más para explicar el escándalo que han levantado estas denuncias del trato, conservación y mantenimiento que se da a los enfermos y que reciben los hospitales militares.
sábado, 3 de marzo de 2007
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