Estaba cantado y cantaba antes de empezar. Mestalla iba a ser una fiesta de banderas, himnnos, lenguas y culturas. España y sus nacionalidades bendecidas por el destino y por una competición deportiva. Estaba en juego la Copa del Rey de Fútbol y el Rey y la Reina vivían en directo la convocatoria. Bilbao y Barcelona lucharían por convertirse de nuevo en campeones. Estaba en juego no solo el título en disputa, sino después de un cuarto de siglo para el Atlectic la posibilidad de ganar a los culés el gran título de ser el Gran Rey de las Copas. El desempate de campeones, el tener más copas que el rival. El guión marcaba en rojo superar lo que parecía ley de obligado cumplimiento. Pitar al himno de España, a su bandera y a sus Reyes es algo que en España puede estar a flor del piel. Es casi normal, como decir amén en misa o cagarse en la madre del hijo puta que se nos coló delante del semáforo. Cultura. La cultura que nos enseñan y mamamos desde que nacemos en un país de paises donde lo que menos suele importar es el prójimo y sus proximidades. Mestalla, terreno neutral, vivió el duelo deportivo haciendo bueno lo que ya estaba previsto. La política y el deporte, como la iglesia y el poder, suelen coquetear en España más de la cuenta. Son rémoras del pasado que todavía viven el presente. La pitada al Himno y a los Reyes fue tan monumental que la televisión pública e independiente prefirió en un primer momento pasarla por alto. La escena no es ni mucho menos explicable fuera de nuestras fronteras. No la entienden ni en los paises demócraticos de occidente donde el respeto y el silencio es moneda de cambio ni en las repúblicas bananeras donde la mano y el tente tieso ayudan a dirimir cualquier conato de diferencia. España vuelve a demostrar con orgullo su muy merecida y adorable idiosincracia. Confudimos con inusitada algarabía la velocidad con el tocino. Gustamos de mezclar la sal con la pimienta, el aceite con el vinagre, las churras con la merinas... El resultado acaba siendo sorprendente. Ganó el Barça la Copa del Rey al Atlectic. Salieron contentos los culés y llorando los bílbainos. Marcharon todos a casa mientras en Televisión Española rodaban cabezas. Lo más curioso es que han cesado al jefe de los deportes por no emitir en directo la pitada y el abucheo monumental dedicado al Himno de España cuando aparecían en el palco sus Reyes. TVE está que lo tira. Hace unos días mandaban a paseo al señor Torreiglesias por emitir en su programa publicidad encubierta. ¿Será una práctica a repetir en todos los programas y emisiones de esa santísima casa antes de que acaben con la publicidad pagada?. Ahora es el jefe de los deportes el responsable de una supuesta y monumental metedura de pata. Pero tengo una duda sobre el llamado y calificado error humano. Veo las imágenes que vi en semi-directo y que ahora ofrece para comparación con la televisión vasca el diario digital La información y no dejo de salir de mi asombro. ¿A quien han cesado y por qué? La sorpresa es mayúscula si se llega a descubrir que Televisión Española está segura de habernos ofrecido -tarde y mal- en el intermedio de la transmisión deportiva lo que había evitado contarnos en directo... Si esa que vimos y escuchamos era la noticia robada a la audiencia, si era esa la forma con la que habían llegado a manipular las imágenes y el sonido, mejor que Television Española se hubiese callado o esté buscando ahora al autor-responsable de tamaña manipulación. No tengo el gusto de conocer a Julián Reyes , pero si su cese es solo por haberse negado a emitir lo que luego nos enseñaron en el intermedio, aquí tiene por adelantado mi solidaridad obrera y EREdada por estar en sus trece aún a costa de pasar por censor antes que por sofisticado maestro de la manipulación audiovisual. Por cierto, en la página web de TVE han vuelto a enmendarse y ahora han colgado el video con el sonido sin manipular que no fue el utilizado ni el escuchado por los televidentes en el intermedio del partido.
jueves, 14 de mayo de 2009
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1 comentario:
Estuve en Valencia horas antes del partido y la ciudad era multicolor: rojo y blanco y blaugrana.
Lo de la pitada es como la sangre, que es muy escandolosa ademas contagiosa sumado cuando hay muchos con ganas de cachondeo y le hubieran pitado al Rey como su hubiera un Presidente de la Republica.
Ademas ya con sus pancartas estaban desde el principio localizados por la prensa.
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