viernes, 29 de mayo de 2009

Bill Clinton y George Bush, juntos en Canada

El morbo se paga y los bolos hacen posible una foto que ha costado unos 300 mil dólares. Esta vez no hubo que aterrorizar a los neoyorkinos ni hacer volar el avión presidencial. Esta vez, Bill Clinton y George Bush se fueron a la canadiense Toronto para celebrar un encuentro de guante blanco capaz de levantar pasiones. Los dos presidentes han podido compartir en público 16 años de experiencias. Fue un diálogo de señores donde no faltaron lanzas. Sudán, Irak, Afganistán y hasta Cuba sirvieron de escenario a una audiencia entregada. No hay nada como pagar 200 a 2500 dólares por butaca para no levantar la voz. Y para que otros tampoco la levanten. Clinton y Bush cumplieron como era de esperar. Nadie que esté en su sano juicio echa sapos y culebras fuera de su casa. Nadie que haya sido presidente en los Estados Unidos se rebaja a poner verde al adversario. Clinton y Bush seguro que discrepan, pero en la canadiense Toronto, las diferencias solo fueron de guión y ni tan siquiera consiguieron nada que fuese diferente a las sonrisas. Clinton y Bush no están de acuerdo con la guerra de Irak como tampoco en las soluciones que Obama busca para Cuba. Los dos presidentes jugaron a no decirse más de lo que no les gustaría escuchar. Clinton hasta coqueteo con Bush dándole la razón de que eso de los matrimonios del mismo sexo no le va ahora como antes. Suficiente. Tanto como la foto que ha pasado por los noticiarios de radio y televisión para descansar ahora en las primeras páginas de los periódicos. El detalles sigue siendo toda una incognita. Bush ha dicho no extrañar el foco de la púrpura y vivir tanquilo en su querida Texas. Bill Clinton ha confesado que diecisesis años después de haber llegado a la Casa Blanca todavía recuerda y echa en falta aquel primer día. Bush y Clinton, los dos con 62 años, son así un poco diferentes. Tan diferentes que hasta el primero llamaba hermano al segundo, como si quisiera recordarle que fue su padre quien antes y ahora -despues del tsunami y el huracán de Nueva Orleans- les ha permitido ser un poco más amigos despues de pasar por el despacho oval.

1 comentario:

valle dijo...

Maestro, que error imperdonable el mío que no le he felicitado por la victoria de su equipo.....pués aquí va ¡¡¡¡ENHORABUENA POR EL TRIPLETE!!!

Sepa usted que lo tuve en mis pensamientos, igual que a otro colega entradito en carnes, ya sabe quién le digo.....Un beso enorme.