Una vez mas hablar de razas y colores en los Estados Unidos ha terminado en el Tribunal Supremo. La historia viene de lejos y la explicación es compleja de no saberse que los derechos de los afroamericanos están siempre a flor de piel cuando se comparan con los derechos de sus compatriotas blancos. Ir por eso un niño o un joven a una escuela publica puede resultar un problema, no porque la plazas estén agotadas, sino porque el niño o el joven es de raza blanca o de raza negra. El Tribunal Supremo ha decidido en estas últimas horas y por la mínima –cinco votos contra cuatro- calificar de inconstitucional lo que se llama “acción afirmativa” que no es más que aplicar baremos de color para distribuir a los alumnos en los centros escolares. Hasta ahora, por ejemplo en Seatle, una clase no puede tener menos de un doce por ciento de niños negros, pero sin sobrepasar nunca el 50 por ciento del alumnado. El problema a ojos de español puede resultar increíble, pero lo cierto es que en Estados Unidos son muchos –como los cuatro jueces progresistas que perdían la votación del Supremo- son muchos los que sin poner estas puertas al campo –sin distribuir y ordenar por colores las clases de los centros públicos- temen que podría se acabarse muy pronto como hace años… teniendo colegios exclusivos para niños blancos y sin negros y exclusivos para niños negros y sin blancos.
viernes, 29 de junio de 2007
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