jueves, 3 de marzo de 2005

SIRIA, EN LA MIRILLA

George Bush se aplica a poner mas que palabras y fotos a sus gestos europeos y trata, primero con la ministra Rice, despues en la CIA y antes incluso con su nuevo ministro de seguridad nacional, trata de aplicar desde casa lo que quieren desde fuera… En particular, lo que los aliados piden a voces para IRAN y para SIRIA. El presidente de los Estados Unidos esta ahora orgulloso -y lo dice- de ver cómo Francia alza su voz para que las tropas sirias dejen el Libano cuanto antes. Su alegria, sin embargo, no es completa, porque con Iran los europeos le han obligado a cambiar el paso y de eso han hablado en las ultimas horas en la Casa Blanca los responsables de la politica exterior estadounidense. Francia, una vez mas, junto con Alemania y el buen amigo que aquí es la Gran Bretaña son partidarios de dar incentivos al gobierno de Teheran. En Washington esa idea les pone tan nerviosos como escuchar que a la agencia central de inteligencia –a la famosa CIA- los cambios y las criticas les desmoralizan sin sentido. Bush pone de momento paños calientes para casi todo. Hace unas horas visitaba la sede central de la agencia en las afueras de Washington y hasta llegaba a pensar si con Iran seria bueno empezar admitir que los ayatholas recibiesen la autorización de sentarse en la Organización Mundial de Comercio.

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