Hay carreras que no llevan a ninguna parte y fotos que resultan extraordinariamente embarazosas. Las cuitas entre presidentes y expresidentes de los gobiernos espanoles son libros de educacion con los que hacer Historia, pero ahora y para desgracia de todos, se airean en foros internacionales con el peligro de convetirnos en el hazme reir de unos cuantos. Un ejemplo, para demostrar que la excepcion no confirma siempre la regla, es ver y comprobar como Jose Maria Aznar se deja querer en los Estados Unidos mientras que un presidente, Jose Luis Rodriguez Zapatero, es ninguneado por la potencia en foros internacionales en los que solo se consiguen (a decir y destacar??? de los medios de comunicacion) efusivas frases convertidas en titular. El tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio, mientras que el ciudadano espanol, instalado en el asombro, reparte creditos entre gobernantes y exgobernantes, entre propios y entre ajenos. El pasado martes, se sabe ahora, Jose Maria Aznar cenaba en Washington con el vicepresidente Richard Cheney. En Madrid y en el Palacio de Santa Cruz, quien sabe si a la misma hora y si con una copita de champan entre las manos, desde la movidiza silla de la OID llamaban al diario EL PAIS para contarles que terminaban de cerrrar y casar calendarios con la Secretaria de Estado Condolezza Rice. Es otra jugada para el recuerdo: un vicepresidente agasajando a un expresidente y una ministra, por fin, quedando en Washington para el viernes 15 de abril. Tarde me lo fiais... Miguel Angel Moratinos quiere llegar a tiempo, plantarle dos besos a la Condy -como los que solo sabe darle su buen amigo Javier Solana- y pasarle con urgencia las chuletas y los apuntes con los que aprobar las evaluaciones que Jose Maria Aznar hara en la Georgetown. Y es que el expresidente, mas que examenes, solo quiere saber -sin que sus eternos aduladores le confundan- cuanto de su ingles leido y de sus sesudas e improvidadas contestaciones han acabado entendiendo sus privilegiados alunnos.