Resulta extraño y sorprendente escuchar un concierto en directo antes del mediodia. Escuchar y ver despues de una noche de premios musicales a quienes solo unas horas antes se ganaban aplausos a raudales. Y lo mas divertido. Escuchar y ver a padres eufóricos explicar a sus hijos boquiabiertos quienes eran esos señorones que tan locos volvian a su audiencia. Esta vez, no era ni tan siquiera medidodia. El reloj marcaba las once de la mañana en la dicoteca Whisky a go go de Los Angeles, cuando The Police repetía el milagro. Una buena razón para que la banda inglesa vuelva treinta años después de su adios pudieran ser los 300 millones de dólares que dicen va a reportarles su gira por la más profunda America. Primero abrirán el mensaje de su botella en Canada y en Vancuver donde el Pácifico hace todo menos ser remanso de viejos ídolos. El próximo 28 de mayo Sting habrá cumplido 55 años, pero seguirá siendo casi el chaval de un grupo donde hace quinta con el bateria Copeland –encargado de dar la entrada y contar de nuevo el 1,2 3 que recoge con la guitarra el veterano Summers, dispuesto a lo que le echen desde su atalaya sexagenaria. The Police vuelve dispuesto a dar mucho que hablar, de momento llevan dos dias arrebantando a esos carrozas que ahora miran al calendario y estan dispuestos a comprarse su entrada sin ir luego a la reventa que ahora se garantiza tendrá su cita particular a tarves de la red… Treinta años dan para muchas novedades, aunque Police se reserva solo de momento el colgar el cartel de no hay entradas en ciudades como Nueva York, Boston, Seattle, Denver, Las Vegas, Phoenix, Dallas, Nueva Orleans, San Luis… Un verano trotamundos sin olvidarse de la vieja Europa donde los chicos prometen llegar a tiempo y siempre antes de la Navidad… Y tranquilos, siempre tarnaquilos, porque para volver a verlos juntos solo han pasado treinta añitos. Los 30 años que todavía no ha cumplido la organización humanitaria Water Aid dispuesta a recibir parte de los millonarios contratos que The Police cumplirán para satisfacion de sus fans, dispuestos a pagar entradas que van desde los 50 hasta los 250 dólares, una ganga que cualquier Roxanne no podra echar en saco roto.
martes, 13 de febrero de 2007
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