Carold Joynt se quedó compuesta y sin novio. Ella periodista metida ahora a mesonera del exquisito barrio capitalino de Georgetown prepara desde hace cinco años almuerzos-entrevistas de postín con gentes famosas y el único que se acaba de atrever a darle calabazas no ha sido otro que el ex presidente español José María Aznar. Carold se lo ha contado a la radio del Washington Post, despues de escribirlo en su página web. La historia ha merecido las atenciones del diario que destapara el Watergate. Las calabazas de Aznar no han llegado a semejante categoría, pero si han sorprendido por su justificación. No ha querido comer paella ni ser interrogado por Carol al haberse enterado de la intención que tenían periodistas y corresponsales españoles de hacerle algunas preguntas. José María Aznar prefiere seguir pregonando academicamente las bondades de la OTAN y recibir premios de organizaciones judias antes que decir –como le sugería Carol Joynt- a esa pregunta no contesto. Carol –que recibía un premio Emmy en 1997, que trabajaba para Walter Crokie en la CBS y que fue productora en la CNN, siempre ha presumido de dar sus primeros pasos como profesional de la mano de Helen Thomas, cuando esta iba a escuchar a Nixon a la casa Blanca para la agencia United Press. Carol Joynt ha sacado ahora sus propias conclusiones: al presidente José María Aznar le debe disgustar la prensa española tanto como a George Bush la estadounidense.
miércoles, 14 de febrero de 2007
AZNAR DA PLANTON A CAROL
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