Mucho ruido, pocas nueces… la esperada decision del Supremo sobre Guantánamo se interpreta en los mentideros politicos de Washington como una andanada a la politica de guerra que durante cinco años ha seguido de forma unilateral la adminitracion Bush, aunque de inmediato se llega a la conclusión de que poco o nada va a cambiar la suerte de los 425 reclusos que siguen viviendo en el limbo legal en el que se ha convertido la prision estadounidense en la isla de Cuba. El presidente recogia el guante advirtiendo que peligrosos asesinos no saldran a la calle, que la sentencia no dice que hay que cerrar Guantánamo, pero entonaba un mea culpa que hasta ahora no habia practicado… Pedir al congreso ayuda para resolver la cuestion que con su extralimitación de poderes nunca habia pensado. Los Tribunales militares o cortes marciales siguen como las extradiciones siendo su mejor solucion para llevar adelante un deseo repetido en alto estos ultimos meses: cerrar Guantánamo al menor coste politico despues de que los jueces de jueces le hayan recordado de forma inapelable que hasta en la guerra contra el terror hay que respetar las convenciones de Ginebra y los derechos de los presos.
viernes, 30 de junio de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario