La humanización de Rodrigo RatoPOR PEDRO RODRÍGUEZ CORRESPONSAL
«Hay riesgos para el crecimiento global, notablemente el riesgo de que los altos precios del petróleo sean permanentes»-«Pero cuando el amor azota y clava su dardo cruel, lo mismo da el Rey que la Sota»-«Los inversores pueden no estar dispuestos a mantener instrumentos financieros de Estados Unidos bajo las actuales tasas de cambio y tipos de interés»-«Siervo llámame y no rey, que de ti soy tan esclavo que morir quisiera agora en la cárcel de tus brazos»-«La decisión tomada en Bretton Woods de crear el FMI es testimonio de la ambición y voluntad de sus miembros para trabajar juntos»- «¡Detén, don Pedro, la lengua y detenga yo mi brazo, porque de no detenello, vive Dios, que te la arranco!».Tras cuatro meses de intensivos y sacrificados ensayos, y algunos malabarismos con su intensa agenda de trabajo como director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato ha pasado finalmente de los escenarios económicos al escenario del Teatro Tivoli en Washington para interpretar el papel del pendenciero rey Alfonso en «La Venganza de Don Mendo».
Un enredo clásicoEl clásico enredo amoroso-medieval de Pedro Muñoz Seca que, a pesar de haber sido estrenado en Madrid hace casi noventa años, conserva todavía carcajadas aseguradas y exportables.El montaje realizado por el grupo TreMendo -formado por una veintena de diplomáticos españoles, funcionarios internacionales, cónyuges y amigos- fue tan meritorio y eficaz que, para divertirse, no hubo que esperar hasta que, en el tercer acto, apareciera el ex vicepresidente del Gobierno español diciendo aquello de: «Cesa ya el atambor, que están mis nobles canados de redobles y yo ahíto de tanto parchear y tanto pito».Mientras avanzaba hacia el proscenio con corona, espada y disfrazado con una galante capa y una regia túnica que, por lo menos en lo cromático, recordaba a su querida Asturias.
Gracias a alicientes como éste no ha existido ningún problema para casi agotar las 270 entradas a 25 dólares por cabeza de la primera función celebrada la noche de este martes, con una segunda representación prevista para el 16 de mayo.Todo con el objetivo de ayudar a financiar la labor de divulgación cultural de la compañía GALA, empeñada en promocionar el teatro en español en la capital de Estados Unidos.El público, una representación de las fuerzas vivas iberoamericanas en Washington, aplaudió fervorosamente y celebró el esfuerzo de estos actores aficionados sostenidos por la magistral interpretación de Don Mendo, a cargo del diplomático Juan José Buitrago. 
Aunque también hubo gran aceptación por los papeles más breves pero cautivadores de la mora Azofaifa (Marta Cartón) y la Marquesa de Tarrasa (Nuria Guitart). Además de la efectiva dirección a cargo de Victoria Peña, esposa en la vida real del protagonista.Al celebrar el estreno con la admiradora audiencia, entre paella y vino español, Rodrigo Rato -que demostró haberse aprendido perfectamente su complicado papel repleto de graneados diálogos- reconocía cómo hasta sus propios hijos estaban «sorprendidísimos» de sus inclinaciones teatrales, pese a no tener fama de «padre ogro». Sin planes todavía para un próximo «casting», y sin querer entrar en comparaciones con otras interpretaciones políticas, el director gerente del Fondo Monetario Internacional llegaba a bromear con la posibilidad de repetir cada año la misma obra «como si fuera el Tenorio».
Un enredo clásicoEl clásico enredo amoroso-medieval de Pedro Muñoz Seca que, a pesar de haber sido estrenado en Madrid hace casi noventa años, conserva todavía carcajadas aseguradas y exportables.El montaje realizado por el grupo TreMendo -formado por una veintena de diplomáticos españoles, funcionarios internacionales, cónyuges y amigos- fue tan meritorio y eficaz que, para divertirse, no hubo que esperar hasta que, en el tercer acto, apareciera el ex vicepresidente del Gobierno español diciendo aquello de: «Cesa ya el atambor, que están mis nobles canados de redobles y yo ahíto de tanto parchear y tanto pito».Mientras avanzaba hacia el proscenio con corona, espada y disfrazado con una galante capa y una regia túnica que, por lo menos en lo cromático, recordaba a su querida Asturias.
Gracias a alicientes como éste no ha existido ningún problema para casi agotar las 270 entradas a 25 dólares por cabeza de la primera función celebrada la noche de este martes, con una segunda representación prevista para el 16 de mayo.Todo con el objetivo de ayudar a financiar la labor de divulgación cultural de la compañía GALA, empeñada en promocionar el teatro en español en la capital de Estados Unidos.El público, una representación de las fuerzas vivas iberoamericanas en Washington, aplaudió fervorosamente y celebró el esfuerzo de estos actores aficionados sostenidos por la magistral interpretación de Don Mendo, a cargo del diplomático Juan José Buitrago. .jpg)
Aunque también hubo gran aceptación por los papeles más breves pero cautivadores de la mora Azofaifa (Marta Cartón) y la Marquesa de Tarrasa (Nuria Guitart). Además de la efectiva dirección a cargo de Victoria Peña, esposa en la vida real del protagonista.Al celebrar el estreno con la admiradora audiencia, entre paella y vino español, Rodrigo Rato -que demostró haberse aprendido perfectamente su complicado papel repleto de graneados diálogos- reconocía cómo hasta sus propios hijos estaban «sorprendidísimos» de sus inclinaciones teatrales, pese a no tener fama de «padre ogro». Sin planes todavía para un próximo «casting», y sin querer entrar en comparaciones con otras interpretaciones políticas, el director gerente del Fondo Monetario Internacional llegaba a bromear con la posibilidad de repetir cada año la misma obra «como si fuera el Tenorio».
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