«Como no aguanto más Rato, me mato»El director gerente del FMI debutó en Washington como actor con el papel de Alfonso VII de «La venganza de Don Mendo»n Con esta frase final de Don Pedro al rey Alfonso VII, personaje interpretado por el ex ministro, culminó una velada difícil de olvidar en el teatro Gala.Marta G. Hontoria
Rodrigo Rato lo tenía anoche claro: «Yo ya no me quito la corona en el Fondo», le confesaba entre risas al embajador español Carlos Westendorp. La escena, porque de teatro se trataba, la pudimos ver en la sala Gala de la capital estadounidense, donde el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se subió por primera vez al escenario para interpretar al rey Alfonso VII en «La venganza de don Mendo». Ataviado con capa de terciopelo y espada de plástico, el ex vicepresidente arrancó las carcajadas de un público absolutamente rendido al ingenio del dramaturgo Pedro Muñoz Seca. Ha sido «un lío gordo», resoplaba al final Rato entre sus diecinueve compañeros de reparto y después de recibir una calurosa ovación. «¡Esclavo llámame!». Fue una de esas veladas raras en las que el Rodrigo Rato más pícaro dejó por un momento los datos macroeconómicos para suspirar con desparpajo por los encantos de la alocada hija de don Nuño: «¡Oh, mi gentil Magdalena, esclavo llámame!». El monarca interpretado por el director del Fondo salió a escena en el tercer acto al grito de «Cese ya el tambor, que están mis nobles cansados de redobles, y yo ahíto de tanto parchear y tanto pito». «Yo no sé si en el pecho tengo dardo o corazón», continuó. No está claro si la vocación dramática le viene de lejos, pero a juicio de la mayoría de los casi 300 espectadores que abarrotaron el pequeño teatro del corazón latino de Washington, Rato estuvo sobrio, convincente, y no metió ni una morcilla en su texto. Hasta tal punto que «deberían irse de gira», insinuó, medio en broma medio en serio, Westendorp. La «compañía» de Rato está formada por un grupo de altos diplomáticos, funcionarios internacionales, periodistas y demás expatriados en Washington a los que les une la afición por el arte dramático. Dirigidos por la esposa del diplomático Juan José Buitrago, la tenaz Victoria Peña (quien interpreta a la frívola Magdalena en este clásico del enredo), decidieron hace unos meses poner en marcha una obra para apoyar la labor del Teatro Gala, un centro que lleva treinta años montando funciones en español desde el corazón de la capital estadounidense. «Todo esto empezó como una idea de un grupo de personas que amamos el teatro y que tenemos “La venganza de don Mendo” en nuestros corazones», explicó Peña. Los ensayos, que empezaron el 2 de febrero, han sido un auténtico rompecabezas de agendas que obligó a los actores a hacer un formidable «sprint» en las últimas tres semanas. El periodista y ya desde anteayer también actor Magín Revillo nos explicó que ensayaban en sus casas particulares, leyéndose unos a otros los diversos papeles para suplir a los ausentes. Así, en los últimos meses han invertido cada minuto de tiempo libre a la obra. Rato aseguró que a pesar del esfuerzo se embarcó en el proyecto por ser «una idea muy bonita» para recaudar fondos y poder así reconstruir la cúpula del Teatro Gala. La presencia del ex vicepresidente no intimidó al resto del reparto, sino al revés, ya que dio al grupo una oportunidad de imprimir su sello personal en esta obra clásica que se estrenó en 1918 en el teatro de la Comedia, en Madrid. Así, Don Pedro, interpretado por el diplomático Juan Chozas, le dijo al rey Alfonso VII justo antes de clavarse la espada en el pecho: «Como no aguanto más Rato, me mato». Repetirán el día 16. Los avatares de don Mendo, un noble reciclado en trovador por un amor no correspondido del que jura vengarse, atrajo a un patio de butacas repleto de amigos y familiares tan entregados como los propios actores. Compañeros de la embajada de España de Juan José Buitrago, fantástico en su papel de don Mendo, no daban crédito a la transformación. «En el trabajo es muy serio», aseguraba el embajador español. Para quien quiera descubrir por sí mismo la capacidad escénica de nuestro ex ministro de Economía, Rato y sus compañeros de reparto tendrán otra oportunidad de lucirse en el escenario el próximo día 16.
Rodrigo Rato lo tenía anoche claro: «Yo ya no me quito la corona en el Fondo», le confesaba entre risas al embajador español Carlos Westendorp. La escena, porque de teatro se trataba, la pudimos ver en la sala Gala de la capital estadounidense, donde el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se subió por primera vez al escenario para interpretar al rey Alfonso VII en «La venganza de don Mendo». Ataviado con capa de terciopelo y espada de plástico, el ex vicepresidente arrancó las carcajadas de un público absolutamente rendido al ingenio del dramaturgo Pedro Muñoz Seca. Ha sido «un lío gordo», resoplaba al final Rato entre sus diecinueve compañeros de reparto y después de recibir una calurosa ovación. «¡Esclavo llámame!». Fue una de esas veladas raras en las que el Rodrigo Rato más pícaro dejó por un momento los datos macroeconómicos para suspirar con desparpajo por los encantos de la alocada hija de don Nuño: «¡Oh, mi gentil Magdalena, esclavo llámame!». El monarca interpretado por el director del Fondo salió a escena en el tercer acto al grito de «Cese ya el tambor, que están mis nobles cansados de redobles, y yo ahíto de tanto parchear y tanto pito». «Yo no sé si en el pecho tengo dardo o corazón», continuó. No está claro si la vocación dramática le viene de lejos, pero a juicio de la mayoría de los casi 300 espectadores que abarrotaron el pequeño teatro del corazón latino de Washington, Rato estuvo sobrio, convincente, y no metió ni una morcilla en su texto. Hasta tal punto que «deberían irse de gira», insinuó, medio en broma medio en serio, Westendorp. La «compañía» de Rato está formada por un grupo de altos diplomáticos, funcionarios internacionales, periodistas y demás expatriados en Washington a los que les une la afición por el arte dramático. Dirigidos por la esposa del diplomático Juan José Buitrago, la tenaz Victoria Peña (quien interpreta a la frívola Magdalena en este clásico del enredo), decidieron hace unos meses poner en marcha una obra para apoyar la labor del Teatro Gala, un centro que lleva treinta años montando funciones en español desde el corazón de la capital estadounidense. «Todo esto empezó como una idea de un grupo de personas que amamos el teatro y que tenemos “La venganza de don Mendo” en nuestros corazones», explicó Peña. Los ensayos, que empezaron el 2 de febrero, han sido un auténtico rompecabezas de agendas que obligó a los actores a hacer un formidable «sprint» en las últimas tres semanas. El periodista y ya desde anteayer también actor Magín Revillo nos explicó que ensayaban en sus casas particulares, leyéndose unos a otros los diversos papeles para suplir a los ausentes. Así, en los últimos meses han invertido cada minuto de tiempo libre a la obra. Rato aseguró que a pesar del esfuerzo se embarcó en el proyecto por ser «una idea muy bonita» para recaudar fondos y poder así reconstruir la cúpula del Teatro Gala. La presencia del ex vicepresidente no intimidó al resto del reparto, sino al revés, ya que dio al grupo una oportunidad de imprimir su sello personal en esta obra clásica que se estrenó en 1918 en el teatro de la Comedia, en Madrid. Así, Don Pedro, interpretado por el diplomático Juan Chozas, le dijo al rey Alfonso VII justo antes de clavarse la espada en el pecho: «Como no aguanto más Rato, me mato». Repetirán el día 16. Los avatares de don Mendo, un noble reciclado en trovador por un amor no correspondido del que jura vengarse, atrajo a un patio de butacas repleto de amigos y familiares tan entregados como los propios actores. Compañeros de la embajada de España de Juan José Buitrago, fantástico en su papel de don Mendo, no daban crédito a la transformación. «En el trabajo es muy serio», aseguraba el embajador español. Para quien quiera descubrir por sí mismo la capacidad escénica de nuestro ex ministro de Economía, Rato y sus compañeros de reparto tendrán otra oportunidad de lucirse en el escenario el próximo día 16.
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