lunes, 30 de enero de 2006

ENRON, EN EL BANQUILLO

El juez Lake tiene entre manos un caso duro de roer… elegir un jurado honesto y sin prejuicios -12 titulares y 4 suplentes- capaz de juzgar en seis meses como poco la bancarrota mas sonada de la reciente historia estadounidense. Enron pasaba por ser la empresa electrica mas importante de este pais, hasta que una manana del año 2001 todo se vino abajo como un castillo de naipes. Kennet Lay, 63 años y Jeffrey Skiling 52, llegaban andando y por separado esta mañana hasta los juzgados de Houston dispuestos a demostrar su inocencia. Vestian igual, trajes grises y camisas blancas, pero se diferenciaban en el color elegido para las corbatas. Lay, acompañado por su esposa Lucia, habia elegio el rojo republicano, Skiling solo, el verde esperanza. Entre los dos ejecutivos llevan gastados para su defensa 20 millones de dolares, la fiscalia ha tardado cuatro años en acumular pruebas para apoyar y resumir los cargos y faltas –siete y treinta y una, respectivamente- que atribuye a los acusados que, en el peor de los casos, han dejado a cuatro mil personas sin trabajo y a cientos de miles de ahorradores e inversionistas sin un dólar en la bolsa.
Fue 2001 un año tormentoso…. un año que por desgrcia sigue estando muy fresco en la memoria colectiva, no solo porque en el dos mil uno cayeron las torres gemelas, sino tambien porque en la bolsa neoyorkina, grandes empresas tuvieron que reconocer lo que vino a llamarse la ingenieria financiera capaz de convertir las perdidas en ganancias… y en el caso de Enron… aparecer a los ojos de todos como la empresa modelo y lider del sector electrico, aunque en realidad nunca fue propietaria ni de una sola central de energia… ni grande ni pequeña. Despues de Enron –con el duro papelon que jugaron empresas auditoras como Arthur Andersen, abalando con su nombre una supervisión que se hizo por lo menos muy a la ligera, llegaron otros randes sobresaltos. El mas sonado poco despues fue Word Com una empresa de telecomunicacion que - al menos, caso muy diferente a Enron- pudo salvar los muebles despues de obligar al ejecutivo de George Bush a poner manos a la obra y dictar nomas de obligado cumplimiento para evitar la desconfianza que para entonces se adueñaba del ciudadano de a pie. CODICIA, ES AHORA LO QUE MAS REPITEN como principio del mal los ciudadanos de Houston, a los que esta semana les hacian una rapida encuentas para saber lo mucho que todavia duele enron, la empresa que en un pais tan amigo de los numeros, no ha dejado a casi nadie indefifernete. Un sondeo para ese jurado del que hablabamos que hoy se eleige dice que 76 preguntas demuestran que solo 18 de 280 encuestados no manifiestan prejuicios negativos para la que fue la primera empresa electrica de los Estados Unidos.

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