Clarence Ray cumplia 76 años y tenia que acabar de celebrarlo en la camara de la muerte… Ray, diabetico, ciego, sordos y en silla de ruedas desde sufrir el año pasado un ataque cardiaco, pago con su vida su condena de asesinato. En esta ocasión, lejos de la publicidad que hace un mes provocaba en la misma prision californiana de San Quintín el caso Stanley Williams, en esta pciasion los medios de comunicación hacian mutis por el foro, despues de que el gobernador Schawzenegger declinase conceder clemenecia a quien ordena asesinar testigos cuando esta cumpliendo condena de carcel de por vida. El recluso pidio como ultima voluntad cenar filete de bufalo, leche y tarta sin azucar El caso de Ray, presos condenados a muerte con mas de 75 años, empieza a ser la nueva preocupación por su posible repeticion en las carceles estadounidenses.
AMPLIACION. LATimes
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