martes, 13 de diciembre de 2005

DOCE MINUTOS PARA MORIR

Doce minutos ha tardado en morir Stanley Williams, ejecutado con una inyeccion letal cuando pasaban minutos de la doce de la noche. Los periodistas que fueron testigos de la ejecución valoraban con sangre fria diferencias en el ultimo adios. Lo mas notable, dice Kevin Kagan represenante del san francisco cornical es que Williams tenia partidarios en el fondo de la sala, podiamos verlos, y durante la preperacionb, cuado estaba consciente, le hicieron el saludo del poder negro –un hombre y dos mujeres- lo mas impactante es que al final de la ejecucion, cuando ellos salian, gritaron… el estado de califronia ha matado a un hombre inocente. Es la primera vez que escucho un ataque de ira en una camara de muerte. La gente que representaba a las victimas no se inmutaba, estaba impasible, pero al final, cuando los tres gritaron, dora owen, la madrastra de una de las virtimas empezo a llorar. Stanley Williams habia solicitado clemencia al gobernador Arnold Schwarzenegger, hace ahora una semana. Escribio libros para niños se convirtiro en un militantes por la paz y la no violencia, fue candidato en varias ocasiones al novel de la paz y tambien al de literatura. No quiso cenar porque le iban a matar, y no quiso que nadie viera un espectáculo morboso y pervertido. Williams ha sido el preso ejemplar de la rehabilitación carceleria de los Estados Unidos, aunque el gobernador de Califonica, como la justicia del estado y finalmente el Tribunal Supremo de los Estados Unidos le dieron la espalda, para sobresalto de las cientos de personas que han pasado la noche junto a San Quintín, rezando, con velas encendidas y al final y en muchos casos marchando en silencio y con el signo de victoria en los dedos.

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