George Bush acabara uno de sus domingos mas largos en la presidencia de los Estados Unidos dirigiendose al pais en una hora –cuando aquí sean las nueve de la noche- desde el despacho oval de la casa blanca, marco desde el que solo se habia dirigido a la nacion para anunciar la invasión de Irak, el principio de una guerra que esta noche tendrá como mejor noticia el haber conseguido –con las pasadas elecciones- el principio del nacimiento de una democracia en el oriente proximo y la constatacion de que Estados Unidos empieza a tener un aliado de creciente fuierza. Son ideas –palabras textuales- que el presidente pronunciara esta noche, en otra jornada de incertidumbres, pues si hay problemas por saber cuando podrian regresar los soldados a casa, ahora a nadie se le escapa que George Bush se ha echado a la espalda otra seria preocupacion al reconocer hace unas horas –era su discurso radiofonico de los sabados- que habia dado autorización para violar la sagrada inviolabilidad de la privacidad de los ciudadanos de este pais. La investigacion politica que podria abrirse en tiempo electoral, el deseo de cargar las tintas sobre el mensajro -en este caso el NYT que adelanto la que aseguran era una información secreta que ahora da ventaja a los enemigos- han puesto al presidente al borde de un ataque de nervios, mientras que su vicepresidente, Richard Cheney, preferia quitarse del medio y dar la campanada viajando con urgencia y por sorpresa al mismismo Irak En menos de una hora, habra mas palabras con las que ayudarse a seguir mas de cerca el mas inmediato futuro.
domingo, 18 de diciembre de 2005
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