Quien paga manda menos en el país de la maravillas. Menos de una semana de ir y venir por el ancho mundo sirve para hacer comparaciones odiosas. Te miras al espejo y te llamas gilipoyas. Un aeropuerto español, cualquiera, es el mejor ejemplo para sentirse en casa. Somos diferentes, que suerte, hasta para tomar el pelo al ciudadano de a pie que se tienta la cartera con la crisis y oye hablar a todas horas de lo que nada le importa. Sucedió en el Prat, aeropuerto de Barcelona. Pero sucede en cualquier parte, sobre todo cuando detrás del teléfono está un consumidor. Llamas, aunque llamar por teléfono desde un teléfono público está pasado de moda. Se lleva el móvil hasta para hacer pís, pero el caso es que todavía en la terminal C del aeropuerto de Barcelona es fácil encontrar un puñado de locutorios públicos con los que poder intentar hablar con el mundo. Esta vez, no hubo suerte. Estaba en la torre con número de soporte 0321-Y haciendo una llamada de larga distancia. No se admiten uno sino dos euros bajo advertencia de no devolver cambio. La máquina se pone en marcha y un sonido ensordecedor impide escuchar en linea al pretendido interlocutor. Los dos euros caen al saco tan veloces como debes colgar auricular. Ahora, llega la reclamación. Telefónica España no tiene servicio al usuario, prefiere ofrecer como un número de atención bajo el siguiente reclamo: 901 127127. Llamar es una asignatura pendiente. El teléfono reclama introducir un mínimo de 30 céntimos. No tengo cambio, pero el soporte 0321 Y hace el mismo truco que con la llamada anterior. Estamos de enhorabuena, es un timo como ayer me timaban en un 902 y antes en otro 901 y el dia que llegue en Iberia dónde afortunadamente para todos ya nada es gratis. Eso es el servicio de atención al cliente en la nueva España. Una tortura a la que someterse con paciencia, corriendo minutos en los telefonos 901 ó 902 mientras las empresas piden consideraciones. Lo hace Telefonica, pero tambien Iberdrola, Taxi Amigo y hasta el lucero del alba. Llamas a un servicio de atención al cliente y lo primero que hacen es cobrarte la espera. Todo quisqui, hasta mi banco o la caja de ahorros de mi vecino, hace lo mismo . Llamas y hay saturación de atenciones. Servicio cfon buen servicio se paga. Espero. La explicación es que los servicios de atención estan atendiendo a otros clientes. Telefónica se forra, no se si hasta reparte, pero a mi se me ponen los pelos de punta. Diez minutos, siete euros y ya no hay cambio para echar en el coladero. Mi reclamación queda pendiente. Ya no me deben dos euros, me deben nueve, pero cualquiera reclama si a esos nueve se añaden otros diez minutos de espera, otros siete euros y despues -viendo el percal- la respuesta de un mandado al que seguro ya le han enseñado a decir... cuanto lo siento, pero vuelva usted mañana o debería haber llamado al número 902 0 901 que ahora le facilito. Quien no se consuela es porque no quiere. En el soporte 0321-Y del aeropuerto del Prat deje el auricolar descolgado. Llame al 112, servicio de urgencia, lo único gratis para consolar mi desesperación y poner en el aire mi protesta. El avión salia en diez minutos, menos mal que tampoco vi llegar a ninguna ambulancia ni coche policial. Todo funciona, como el servicio de atención al cliente.
domingo, 29 de marzo de 2009
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