lunes, 2 de marzo de 2009

La nieve y el cambio


Llegó la nieve a la costa este de los Estados Unidos sin conseguir que las altas temperaturas económicas dejen de abrasar instituciones y presupuestos. Las clases en los colegios públicos y privados de Montgomery County siguen pendientes de un hilo. Hay mas de 96 mil chavales que pueden quedarse hoy en casa, sin coger el autobus escolar, si la llamada al orden de Barack Obama no demuestra que una protesta presidencial convierte la prevención y la seguridad en agua de borrajas. Asi son las cosas. American International Group (AIG) vuelve a temblar cuando -una vez más- debe reconocer en sus cuestas de resultados que no levanta el vuelo y los responsables escolares del area de WashingtonDC rezan para no cerrar los colegios cuando hay más de cinco centímetros de nieve por las calles. El cambio se palpa en el ambiente. La crisis sumará esta mañana otro pellizco de unos 30 mil millones de dólares a la caja de todos. Las niñas del presidente, hasta ayer residentes en Chicago, tendrán que volver a quedarse en casa aunque su papa juzgue que la normalidad debiera ser la principal moneda de cambio. Nunca nieva a gusto de todos, pero cuando además hay nevaba en la costa este de los Estados Unidos el manual decía que era mas barato quedarse en casa que achicar el temporal. Las tornas empiezan a ser diferentes. Si no hay trabajo, si escasean las faenas, si papa estado presume y dice aqui estoy yo, ha llegado la hora de invertir la ecuaciones. Echale sal a la nieve, pon pico y pala contra el hielo y colabora a que una tormenta de frio sea un argumento ardiente con el que favorecer a las clases medias y a quienes buscan la oportunidad de encontrar el remedio para capear la crisis.

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