Lo que mal empieza, mal acaba. George Bush daba la que puede dar la ultima sopresa de su presidencia para viajar a Irak y Afganistan a tan solo un mes y menos de una semana de la que sera su despedida. Bush ha recogido en Bagdad su primer regalo navideño. Un periodista le ha lanzado sus zapatos al grito airado de ¨toma beso de despedida, pedazo perro¨. La foto, portada este lunes de muchos medios escritos de comunicación estadounidense, vuelve a colocar a la guerra en el primer punto de referencia. Será solo un visto y no visto, porque los más recientes desaguisados económicos, las estafas sonadas y los apagafuegos millonarios, obligarán a la clase política y a los ciudadanos de a pie a tentarse de nuevo sus bolsillos. El último viaje relámpago de Bush a Irak y Afganistán será para siempre el triste final de una decisión que ya tan solo uno pocos, como el presidente de los Estados Unidos, siguen defendiendo a día de hoy como necesaria. Las soluciones al enredo no se van a resolver por desgracia ni a zapatos ni con humillaciones. La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca debiera de abrir un nuevo capítulo que para Irak y la región no va a estar exento de sobresaltos. Lo que ha pasado estos años -desde la invasión hasta la decisión iraki de pedir a las tropas estadounidenses retirarse en diciembre de 2011- condicionará el futuro más inmediato, incluso a pesar de que ahora los últimos informes estadounidenses puedan agitarse como banderas de incompenecia y futuro aviso a navegantes. Navegantes, con el comandante en jefe al frente, obligados a demostrar que en los nuevos tiempos no solo hay que ladrar para seguir cabalgando sino tambien demostrar que los perros no llevan los mismos collares.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario