lunes, 15 de diciembre de 2008

Toma beso de despedida, pedazo perro

Lo que mal empieza, mal acaba. George Bush daba la que puede dar la ultima sopresa de su presidencia para viajar a Irak y Afganistan a tan solo un mes y menos de una semana de la que sera su despedida. Bush ha recogido en Bagdad su primer regalo navideño. Un periodista le ha lanzado sus zapatos al grito airado de ¨toma beso de despedida, pedazo perro¨. La foto, portada este lunes de muchos medios escritos de comunicación estadounidense, vuelve a colocar a la guerra en el primer punto de referencia. Será solo un visto y no visto, porque los más recientes desaguisados económicos, las estafas sonadas y los apagafuegos millonarios, obligarán a la clase política y a los ciudadanos de a pie a tentarse de nuevo sus bolsillos. El último viaje relámpago de Bush a Irak y Afganistán será para siempre el triste final de una decisión que ya tan solo uno pocos, como el presidente de los Estados Unidos, siguen defendiendo a día de hoy como necesaria. Las soluciones al enredo no se van a resolver por desgracia ni a zapatos ni con humillaciones. La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca debiera de abrir un nuevo capítulo que para Irak y la región no va a estar exento de sobresaltos. Lo que ha pasado estos años -desde la invasión hasta la decisión iraki de pedir a las tropas estadounidenses retirarse en diciembre de 2011- condicionará el futuro más inmediato, incluso a pesar de que ahora los últimos informes estadounidenses puedan agitarse como banderas de incompenecia y futuro aviso a navegantes. Navegantes, con el comandante en jefe al frente, obligados a demostrar que en los nuevos tiempos no solo hay que ladrar para seguir cabalgando sino tambien demostrar que los perros no llevan los mismos collares.

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