La República de Texas limitará al norte con la República de la América del Norte Central. Al noreste convivirá con la América Atlántica que se habrá echado a los brazos de la Unión Europea. El oeste y el noroeste de una república a la que bañanarán las aguas del Golfo de México y el Oceano Atlántico estará conformado por la Republica Californiana, protectorado bajo la influencia directa de la República China. Las islas de Hawaii, desmembradas de lo que hasta entonces habrá sido junto a Alaska uno de los últimos territorios estadounidenses, quedarán bajo protección de China o Japón, siendo el último y frio estado de la goberndora Palin una mera prolongación de las tierras heladas rusas. El nuevo mapa que ha diseñado el profesor Igor Panarin está siendo presentado a bombo y platillo en estos dias en los medios de comunicación de la antigua y desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Panarin tiene sus adeptos, entre ellos amigos y diplomáticos que como él se han paseado o se pasean por el Kremlin dejando en sus mesas previsiones antológicas de los derroteros que esperan al mundo y en particular a los Estados Unidos en tan solo poco más de un año. Igor Panarin no se anda con chiquitas y para salvar su teoría recurre a la siempre socorrida y necesaria guerra civil en la que los pobres de solemnidad que campan por los Estados Unidos tratarán de recuperar el terreno que nunca llegaron a reconocerles los padres fundadores. Panarin ha conseguido este lunes hacer más reales sus predicciones de futuro al ver como The Wall Street Journal se convierte en altavoz de sus apocalípticas predicciones. El hoy profesor ruso tiene además en su haber un curriculo extraordinario. La caida del imperio estadounidense en 2010 ya le fue explicada con todo lujo de argumentos y detalles al otrhora presidente Boris Yeltsin. Panarin había conseguido por aquellos años ver mas la mota en el ojo ajeno que la viga en el propio. Su formación especial en las filas del KGB y la que podía llamarse Agencia nacional de seguridad rusa (FAPSI) le han capacitado para atreverse desde hace años a ponerse el mundo por montera. Hace mas de un mes cuando Panarin fue notica en confidenciales estadounidenses, le preguntaron a la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, por la previsiones del profesor ruso. No hay comentario, fue su repuesta en medio de la carcajada general. Ahora Igor Panarin, se lo ha tomado a pecho y ha hecho saber eso que facilmente puede resumirse en menos bromas, Caperucita. Panarin prefiere por ahora seguir mirando al calendario. Dejar que Obama se la pegue, cosa que dice se verá claro la próxima primavera. No son posibles los milagros -pregona- y entonces recordarán todos al chiflado profesor y político francés Emmanuel Todd, quien en 1976 y quince años por delante fue capaz de prever la caida del imperio soviético en medio de la carcajada general.
lunes, 29 de diciembre de 2008
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