El debate esta servido y como muestra un boton. George Bush ha confesado hoy mismo despues de conceder 30 nuevas nacionalidades a 30 ciudadanos nacidos en 20 paises diferentes de los cinco continentes que los Estados Unidos son un pais de emigrantes, pero que son tambien un pais de ley. Entre la ley y aquellos origenes de tierra de promision tienen ahora una patata caliente. Doce millones de indocumentados para los que el presidentre no se anda con rodeos. La annistia no es la solucion y la reforma de las leyes migratorias siempre han sido consecuencias que cualquier gobierno ha tratado de sacarse de encima, muy posiblemente porque en la calle, como ahora en Washington, las gentes de bien -las iglesias, ministros y sacedorte de este pais, recuerdan estar dispuestos a lanzarse a la yugular del mas osado. A las puertas del Capitolio de Washington y hasta la comision de justicia que empezaba a debatir la reforma migratoria, los religiosos de este pais –que han caminado esposados cientos de metros- se han unido a los sinpapeles que ahora pueden acabar criminalizados sin que nadie quiera reconocder su aportación silenciosa y vergonzosa a la economia nacional, llegando a cobrar menos de seis dolares a la hora. El debate solo ha hecho que empezar y de momento, en las calles de Los Angeles, Boston, Chicago, en los estados de Ohio, Arizona o Texas, los primeros en ponerse en pie de guerra son los latinos… y entre ellos cientos de mexicanos que temen ver muy pronto un muro de casi 6.000 mil kilometros para separar y disuadir del llamado sueño americano a los cientos de miles de mexicanos que cada dia tratan de llegar ilegalmente al que siguen considerando el paraíso.
lunes, 27 de marzo de 2006
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