No dejar títere con cabeza, puede acabar siendo el manual para ganar unas elecciones en los Estados Unidos. Anuncios terroríficos, donde terrorismo y racismo se dan la mano para ganar unos votos en feudo conservador -el ejemplo lo firma un candidato republicano en Carolina del Norte- pueden verse superados por el rifi-rafe que protagonizan los santones del partido demócrata o republicano cuando entran en liza. John Kerry, senador y aspirante a la casa blanca, ha vuelto sobre la guerra de Irak para ayudar en California a sus compañeros demócratas. La declaración que si no se estudia duro, si no se es inteligente, si no se hace bien el trabajo puede acabarse peleando en Irak, además de reida ha encontrado la respuesta airada del presidente George Bush, capaz de pedirle a Kerry publicas disculpas por ofender a la tropas estadounidense. El senador ha sacado pecho, las mayorías en el congreso de Washington se deciden en solo una semana, y John Kerry prefiere decir al presidente que menos lobos, que solo hizo un chiste y que sus palabras iban dirigidas a la chapuza con que el conflicto iraquí se orquesta en la casa blanca. Ajenos a la polémica, en la cadena de televisión CBS prefieren recordar que un día como hoy, hace veinte años, Saddam Huseim recibía las llaves de oro de la ciudad de Detroit por su generosidad, traducida en la entrega de cientos de miles de dólares a una iglesia protestante.
miércoles, 1 de noviembre de 2006
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