miércoles, 4 de octubre de 2006

EL ESCANDALO FOLEY, TORMENTA REPUBLICANA


Las desgracias nunca vienen solas… El partido republicano se enfrenta a un mes justo de las elecciones legislativas a un vendabal de pasiones dentro de sus propias filas. George Bush esta asombrado de lo que en menos de siete dias puede dar de si un escandalo como el firmado por el dimisionario representante del estado de La Florida Mark Foley. Las confesiones que hizo a traves de su abogado han dejado boquiaboertos a los mas conservadores además de a su presidente . Foley –que se pasará un mes encerrado voluntariamente en un centro de rehabilitación- se autodeclaro alcóholico y homexeual, pero añadio como piezas para su descargo haber sido victima de abusos sexuales por un sacerdote cuando tenia 13 anos y nunca haber mantenido relaciones con un menor, cuestión que al menos en un correo electronico con un mensajero de la camara baja ha desatado la tormenta y una investigacion que se remonta en el tiempo a mas de diez anos. Los republicanos siguen haciendo cábalas sobre el asunto, hay quienes piden ya la dimisión del portavoz Dennis Hastert por encubrir las actividades de un político a quien por añadidura premiaban por su dedicación y atención a la lucha por los derechos de los niños.
EFECTO FOLEY
El caso Foley es de libro, pero lo más llamativo es que los devaneos de un hoy dimisionario congresista republicacano de La Florida -auto-calificado de alcoholico y homosexual, capaz de abandonar sus obligaciones parlamentarias para mantener sexo cibernetico y chatear con menores a los que proponia relaciones- lo mas curioso es que pueda costarle mas votos al partido republicano que la mismísima guerra de irak o la cada vez mas polemica agenda anti-terrorista de la adminitración Bush. El presidente ha tenido que decir estar horrorizado de saber lo que ahora sabe, es inaceptable frase que ha dejado en un pesimo lugar al lider de la camara de representantes en el Capitolio de Washington. Dennis Hastert ha sido invitado a dimitir por el periodico conservador Washington Times, dicen que sabía de las irregularidades de Foley, pero que no hizo nada por impedirlo. Las filas conservadoras estan que echan chispas y muchos son los que rechazan echar tierra sobre el asunto. Las comisiones de investigación, esas que aquí llegan casi siempre al fondo de las cuestiones, tendrán que esperar a que hablen las urnas del 7 de noviembre… hasta entonces el efecto Foley puede marcar las diferencias, cosa que en las primeras encuestas ya ha ocurrido antes de quew el escandalo llegara a conocimiento de la opinión publica. Los demócratas se las prometen felices, pero despues del fracaso Kerry y de la habilidad contrastada del aparato republicano, los datos favorables -como a Mark Foley- es mejor guardarlos en el armario.

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