La noche de los Oscar es tarde grande de palomitas en la costa oeste de los Estados Unidos. Hace muchísimos años, me gustaba vivir en directo la única gala cinematográfica que nos ofrecía la televisión española todavía en blanco y negro. Pasar la noche en vela antes e ir al colegio era un premio gordo que acabó convirtiéndose en costumbre. Llegó el color y llegó incluso para mí la oportunidad de contar la Gala de los Oscar en vivo y en directo desde la ciudad de Los Ángeles. Tuve suerte, en mi primera oportunidad pude adelantar que Pedro Almodóvar iba a ser el dueño de su primera estatuilla. Privilegios del directo y de estar en el corazón de Hollywood. El secreto fue acceder al patio de butacas del teatro donde se repartían los Oscar veinticuatro horas antes del gran evento. Los candidatos tienen asignados sus estratégicos emplazamientos por adelantado. Este sábado es el gran día. Si estás en medio de la fila, olvídate... La suerte se llama pasillo o acceso directo a la escalinata de los honores.
viernes, 24 de febrero de 2012
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