Denali es un camino que desde los anos 20 del pasado siglo lleva a la gran montana. Una carretera siempre en el horizonte permite -solo en autobus- tocar en la distancia los pocos secretos que en raras ocasiones ensenorea Mount McKenley. La montana mas alta de los Estados Unidos sigue cubierta de nieve. Sus mas de 5 mil metros raramente aparecen visibles al viajero, pero la oferta de aterrizar en sus glaciales es comun para quienes hacen de Alaska su vida y su negocio. Denali ha sido un territorio sagrado desde hace casi cien anos. Su santuario fue agrandado y modificado por el Congreso de los Estrados Unidos en 1980. Es un parque nacional cerrado al trafico privado. Hay que pagar por subir a un autobus que solo arana un territorio de fronteras invisibles. Las distancias a golpe de ojo se hacen necesariamente limitadas. Se paga por milla recorrida, pero si el parque tiene mas de 6 millones de acres, el autobus mas aventurero solo recorre 86 millas de ida y vuelta en mas de once horas. El paseo es por carrerta de alta montana y sin asfaltar. Llaman la atencion los viajeros. La tercera edad se lleva la palma. Lo mas gratificante es encontrarse con uno, dos o tres de los 300 osos que se han aduenado de estos lares. Ha sido encontrar una aguja en un pajar. Si las matematicas todavia sirven para medir los caminos que algun dia deberian llevar al cielo, en Denali hemos tenido la gran suerte de ver al 1 por ciento de la poblacion plantigrada. Fue un dia redondeo de los pocos en los que Mount McKinley ensena sus nieves y salen a correr o volar por sus caminos aguilas, mousses, caribous, zorros y cientos de mortales que viajan en autobuis convenidos de estar aranando lo mas parecido al paraiso.
viernes, 11 de julio de 2008
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