El amor en tiempos de nieve era y es algo diferente. Subir a la montana puede ser un riesgo. Decir si, te quiero desde las terrazas del Alaska Talkeetna Lodge es a la postre todo un espectaculo. Se quieren. Llegaron acompanados de familiares y amigos. Habia damas emperifolladas. Jovenes apuestos. Ninos primorosos. Un ministro de la cosa presidio la ceremonia antes de pasar a sentarse minutos eternos con el novio. El habia llorado como nunca antes lo habia hecho. Ella le habia mirado siempre embelesada. Mandaba y besaba. La boda en Alaska fue en Talkeetna como casi todas las bodas. La boda de el y de ella fue tambien diferente. No estabamos invitados, haciamos fotos por doquier. Mario y Enya no se perdian detalle. Fue Nuria la encargada de romper el hielo. Sin decir viva los novios, aplaudio cuando la procesion dio por terminada la ceremonia. Fue todo en un visto y no visto. Felicidades. Nadie nos dijo que estabamos invitados. El padrino fue el unico que se percato de nuestros esfuerzos por inmortalizar la ceremonia. No dijo nada. Nadie pudo saber que la cronica fotografica de una boda en Alaska viajara como una mochila en las camaras furtivas de unos turistas. Papa -dijo Enya-seguro que son estas las mejores fotos de una boda en la que el dijo si y ella dijo siempre.
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