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La noticia, fechada en Madrid, se personaliza en el ecuatoriano Klever
Córdoba. El emigrante llegó a España hace seis años y se animó a comprar una
casa. Córdoba tenía entonces empleo -fue obrero de la construcción- y acceso a
un crédito de 300 mil euros. La historia hoy ha dado la vuelta. Los bancos
españoles necesitan hacer frente a unas deudas difíciles de calcular pero que
oscilarían entre decenas y cientos de miles de millones de dólares.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_oNHQZ1Va5edwFs4zzGvQCcZw31xYNk1GVU04Cer5pIRn7xllNLprEbTeQPd5Zm3Sc-eL806F6fhxBZQajRFwdT9EPIV1_8efxsyBGbcY4vQ1_u2hwQmL4OQquInTCnLld-qL/s200/NYT.jpg)
El Instituto Español de Crédito, sumas que han pasado de los 8 a los 26
millones de euros están destinadas ahora a que
bancos y pequeñas empresas puedan atender a sus necesidades de ¨liquidez¨ y no a ¨invertir en actividades
productivas¨. Hace veinticuatro horas era The New York Times quien llevaba a la
portada de su página de negocios las deudas agobiantes de grandes empresas
españolas. La foto de Florentino Pérez y la situación del Grupo A.C.S. eran
protagonistas de una información fechada en Londres.
Las deudas de las grandes compañías españolas preocupan y son un
contraste mucho más peligroso que la deuda nacional -por debajo del 70 por
ciento- y mucho más soportable que la
que aguantan en Grecia (165) o Italia (120). Un informe reciente firmado por la
empresa McKinsey sitúa la deuda del sector privado español en 134 puntos,
cantidad superior a todo el resto de mundo a excepción de Irlanda, y suficiente
para colocar en línea roja a una economía en recesión y con un alto índice de
paro.