Pat Johann ha conseguido en su restaurante de Eagle River la cuadratura del circulo. Esta vez desde Alaska ha nacido para el mundo gastronomico el local desestructurado. El Restaurante Johann no tiene estrellas de la guia Michelin pero ni falta que le hacen. Su secreto salta a la vista. Cada mesa y cada silla de su salon comedor es diferente. Tan diferente como las tazas o vasos que ofrece a sus clientes. Incluso no hay dos manteles iguales y hasta pude ocurrir-los ninos deben ser la explicacion- que te echen de comer sin vestir la mesa a donde pronto llegaran las viandas mas singulares. Johann abre pronto y los domingos cierra antes de que den las cinco. Sus clientes son tan variopintos como la oferta de su muy desestructurada fisonomia. Este domingo de julio en el que no hacia ni frio ni calor, en Johann vendian nada mas entrar sillas y libros usados que a la postre parecian tan nuevos y sabrosos como las galletas que lucian en un moderno aparador electrico. Aque el Soho neoyorino este a cientos de miles de kilometros, Johann es tan valiente que ha dejado a luz abierta los tubos que convierten en buardilla gigantesca pero acogedora el local por el que deambulan camareros y clientes. La esquina mas luminosa parece reservada a los mayores. La mas romantica esta vestida con la ayuda que proporciona la suave luz del quinque. Este domingo hay huevos para comer. Como todos los domingos y fiestas de guardar. Huevos a gusto del consumidor sin olvidarse que a los ninos siempre les va la pasta y no le sobra nunca el pollo. Johann se ha hecho su hueco. Esta en el culo del mundo. Hay que buscarlo con lupa en ese inmenso rincon que se llama Alaska pero... su descubrimiento permite empezar hablar del resturante desestructurado.
lunes, 7 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario